jueves, 16 de noviembre de 2017

EL NOGAL

(Historia de una empresa innovadora que podría ser real) 

Antonio es biólogo y ya hace años que es empresario. Trabajaba en Barcelona en el Departamento de I+D de una multinacional del yogur. Pero él no estaba de acuerdo con la oposición que su empresa ejercía en los tribunales contra las firmas lácteas que producían postres pasteurizados (de larga duración) y que hacía tiempo que también pretendían denominarse yogur.

Sin embargo, su empresa estaba muy interesada en que se les continuara llamando postres lácteos, en vez de “yogures pasteurizados después de la fermentación” para mantenerlos alejados de su mercado, y en consecuencia, de su competencia. Pero Antonio, por su cuenta, había conseguido una elaboración alternativa a la pasteurización mucho más fácil y barata.

En abril de 2003 las empresas lácteas nacionales ganaron el contencioso en el Jurado de Autocontrol de la Publicidad, el cual desestimó la reclamación presentada por la Asociación Española de Fabricantes de Yogur (AEFY). En concreto, la resolución se pronunciaba a favor de una campaña publicitaria de Leche Pascual en la que se destacaban las ventajas del yogur de larga vida frente a los de corta vida, y “las molestias, limitaciones y ataduras del yogur de corta vida derivadas de su dependencia del frío por su menor duración”

La duración era el handicap que impedía la exportación del yogur, así que cualquier innovación que se pudiera convertir en una ventaja competitiva sólo era útil para el mercado nacional donde la competencia era feroz al dominar las multinacionales. 

Conocida la resolución del Jurado, ese verano de 2003, Antonio negoció su salida de la compañía. Llegó a un acuerdo con ellos y por sus 12 años de antigüedad recibió una sustanciosa indemnización, la cual formaría parte de la inversión para montar su propia empresa. Y lo primero que hizo fue ponerse en contacto con su antiguo amigo Miguel García, un veterano Economista experto en Contabilidad de Costes y Viabilidad empresarial que había sacado a muchas empresas del atolladero. Antonio le pidió un estudio de viabilidad realista antes de dar ni un solo paso para poner en marcha la suya. 

El proyecto consistía en una pequeña fábrica de yogures de larga duración, con nueces, en la provincia de Burgos y cerca de la autopista de Bilbao, donde los padres de Antonio (hijo único) tenían una plantación de 5 Has. de nogales (unos 300 árboles) con una antigüedad de más de 40 años y de cuyo fruto vivían.
Junto a la casa había una antigua nave de unos 800 m2, donde Antonio, después de restaurarla pensaba ejercer su actividad. Y una balsa de agua de 75 m2 y 4 de profundidad (300.000 litros). El lugar era ideal; en el entorno de la factoría de Leche Pascual, y del resto de sus futuros proveedores, con buena conexión con el puerto de Bilbao por donde podría embarcarse el producto para su exportación.

La pasteurización clásica del yogur se consigue al someterlo a un tratamiento de calor que inactiva los fermentos lácticos vivos después de la fermentación. Pero Antonio ya tenía concedida la patente sobre un innovador método alternativo cuya innovación consistía en la fermentación artificial mediante microondas, por la cual el yogur conservaba todas sus características y no perdía ninguna de sus cualidades organolépticas. Así, el ahorro en instalaciones y bienes de equipo de su futura factoría sería considerable, y el tiempo de conservación del yogur (más de 3 meses) aseguraba su exportación a cualquier país. Esta era la ventaja competitiva de que gozaría la empresa.

Quería un mercado de precio alto para poder pagar bien a los empleados para que se implicaran. Le ofreció a Miguel la Administración de la empresa y el 5 % de las participaciones de la sociedad EL NOGAL, S.L, por lo que había que prepararse. Se iban a necesitar tres buenos comerciales dispuestos a viajar y que conocieran bien el sector nacional y la exportación. Debían hablar inglés y francés, y uno además alemán, para montar una buena red comercial de distribución nacional e internacional (sobre todo europea) También un buen equipo de Marketing externo para posicionar la marca y la identidad corporativa en el target de EL NOGAL Las relaciones públicas y la atención al cliente deberían ser exquisitas.

Antonio y Miguel, con el plan de viabilidad detallado y la patente bajo el brazo se dirigieron a la Caja Provincial (donde Antonio había ingresado el importe de su indemnización) para solicitar un préstamo a 10 años, el cual se garantizaría con el valor de los árboles de la finca (300 nogales de 40 años, sólo en madera, ya valían un buen dinero). Se lo concedieron y a trabajar.

EL NOGAL ya hace tiempo que es una marca reconocida y bien posicionada en el mercado internacional, porque reinvierte la mayor parte de sus beneficios en la modernización continua de la empresa. Entre otras cosas, comenzó instalando uno de los sistemas de riego por goteo de tecnología punta más modernos del mundo en todos los árboles de la finca, a los cuales hay que mimarlos, ya que son la base en la que se apoya el desarrollo y el futuro de la actividad empresarial.

FIN 

Hasta pronto

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Si no se acaba de una vez con el desequilibrio entre el ser humano y la naturaleza, nuestros descendientes no querrán ni recordar nuestros nombres.