viernes, 4 de agosto de 2017

EL LABERINTO EMPRENDEDOR (Parte 1ª)

Después de la publicación de mis dos últimos post en este Blog en los cuales afirmaba que a pesar de las dificultades de los jóvenes para encontrar un trabajo digno en España y de la falta de motivación que tienen para poder afrontar un trabajo por cuenta propia, aún hay gurús que opinan que aquí lo que hay es una burbuja emprendedora. O sea, muchos más emprendedores de los que se necesitan.

No obstante, sin querer entronizar al emprendedor pero teniendo en cuenta que si no se crean empresas estables el trabajo que se genere solo será precario (como está demostrado), y dado que la forma más normal de empezar es como autónomo, repetimos lo del post anterior:

“Los autónomos menores de 30 años fueron uno de los estratos de este colectivo más afectados negativamente el pasado año 2016. En concreto, según se desprende del Informe Estatal del mercado de Trabajo, España perdió en el último ejercicio 6.600 autónomos menores de esta edad”. (“Cinco Días”, del pasado 25 de julio).

Y abundando en dicho tema, decía el mismo medio anteayer 2 de agosto: “Los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) revelan, a juicio de la organización de autónomos UATAE que, son “grises” e “insuficientes”. Ello se debe a la diferencia que existe entre el crecimiento de asalariados y autónomos. A juicio de la organización esta diferencia pone de manifiesto el fracaso de la Administración en medidas de incentivo a nuevos afiliados, como es la tarifa plana.”

O sea, que sin entrar de momento en más detalles respecto al desfase en la necesaria creación de empresas nuevas y estables para sustituir a las que cada día cierran o abandonan, por una cosa u otra, parece evidente lo escasa que es la motivación para emprender en España. Bien por causas subjetivas del personal o por causas objetivas, como el incumplimiento flagrante de las promesas firmadas y propagadas a los cuatro vientos por la propia Administración, como por ejemplo, algo que se ha vuelto tan vital para los autónomos como la citada tarifa plana.

O sea, que parece lógico que los que se encuentran involucrados, de una forma u otra, en el mundillo de la formación empresarial, no tienen más remedio que replantearse los principios fundamentales en los que están inmersos desde siempre. De lo contrario, no se conseguirán los objetivos propuestos.

Aunque parece que algo se mueve. Aquel Plan de Empresa al cual se agarraban, para sistematizar su enseñanza, los asesores de la gente que trataban de montar un bar o una papelería, porque estaban impuestos por los departamentos de riesgo de los bancos a los que había que solicitarle el préstamo para poder iniciar la actividad, poco a poco se van sustituyendo por nuevos modelos de formación.

Pero no parece suficiente, ya que los tiempos cambian a una increíble velocidad. Así que hay que hacer algo más para enfrentarse a los nuevos retos impuestos por los avances de todo tipo que envuelven a la empresa moderna.
En marzo de 2015 se publicó en España el libro “La disciplina de emprender. 24 pasos para lanzar una startup exitosa”, de Bill Aulet, profesor del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts). Y en su Introducción dice que varios de sus colegas le convencieron de que en cuanto al Emprendimiento estaba en un error. Hasta entonces, para él, emprender solo significaba “crear una empresa en un lugar que no existía antes”. Pero tuvo que reconocer que el Emprendimiento hay que enfocarlo desde dos perspectivas muy distintas:

1ª. Para Autoempleo y Micro-Empresas (hasta 9 empleados). Suelen ser pequeños negocios creados por una sola persona sin ambición de crecimiento para satisfacer a un mercado local, por lo que necesitan de poca financiación. Pero si entra dinero en el negocio se pueden convertir en micro empresas, e incluso en pymes. En su mayoría son negocios familiares y lo importante es poseer el control directo del mismo, sin socios externos.

2ª. Empresas Innovadoras. Esta forma de emprender es mucho más ambiciosa y profesional, tal y como se resume en la columna de la derecha del siguiente cuadro.

Con lo visto hasta ahora, se podría decir que aquí se sientan las bases para proponer algunos métodos novedosos para aprovechar las enseñanzas de personajes como Bill Aulet y algún otro que saldrá en próximos posts para tratar de la innovación en el Emprendimiento. 

CONTINUARÁ, y me gustaría que fuera la próxima semana.

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Si no se acaba de una vez con el desequilibrio entre el ser humano y la naturaleza, nuestros descendientes no querrán ni recordar nuestros nombres.