martes, 17 de diciembre de 2024

EL SALTO A LA SOCIEDAD DE CONSUMO

A comienzos de la década de 1960 y tras 20 años de posguerra que apenas alcanzó para la mísera supervivencia de una inmensa capa de  población española, y sufridos “los años del hambre”, comenzaba el Plan de Estabilización de la mano del tecnócrata Don Laureano López Rodó, y el pueblo empezó a vislumbrar un rayito de esperanza ya que habituados a carecer de todo y a soportar estoicamente  una coordinada, absoluutista y machacona propaganda franquista que, empezando por el obligado NO-DO en los cines y secundada por una totalitaria  red de comunicación de la prensa y radio del Movimiento Nacional, renegaba de todo lo extranjero, a pesar de  nuestras extremas necesidades. Mientras, se comenzó a percibir  en anuncios de la radio y cierta cartelería los primeros conatos de una ingenua y primaria  publicidad de productos y servicios hasta entonces desconocidos por el personal, como bien refleja en su magnífico y satírico libro “CELTIBERIA SHOW” el malogrado maestro de periodistas barcerlonés, Luis Carandell. Estaba naciendo la Sociedad de Consumo. Esa que hoy ya supone el 60% del PIB, según el INE.


EL BRILLANTE PERIODO 1960 – 1973

El crecimiento económico español de los años sesenta modificó la estructura social española de forma significativa, adquiriendo las características propias de un país desarrollado. El despegue de la industria y de los servicios en las ciudades atrajo a la mano de obra sobrante del campo. Por vez primera en la historia la población activa española de los sectores secundario y terciario superaba a la dedicada al sector primario. España dejó de ser un país agrario para ser industrial y terciario. La sociedad española había sido, eminentemente, rural y, además, había estado muy polarizada, con una minoría con un altísimo nivel de vida, una escasa clase media y una gran mayoría de españoles encuadrados en la clase baja con escasos recursos. En los años sesenta se evolucionó hacia la generación de una amplia clase media urbana.


El aumento de la renta per cápita y de los salarios en los años sesenta, a pesar de que siguieron siendo mucho más bajos en comparación con el del resto de los países occidentales, repercutió en un aumento del nivel de vida, generándose un claro cambio en las pautas de consumo. Mejoró  la calidad de la alimentación con un claro aumento del consumo de carne, leche, frutas y verduras que enriqueció la dieta tradicional basada en pan y patatas. Se dio un aumento de la construcción de viviendas en las áreas urbanas para satisfacer la demanda provocada por las migraciones interiores, aunque el ritmo de construcción no estuvo a la altura del crecimiento de la población urbana, En España hubo un grave problema de chabolismo y de construcción de viviendas de mala calidad,  además de las graves carencias de servicios y de infraestructuras en los denominados “barrios periféricos” y “ciudades dormitorios”. En el interior de los hogares se dio una mejora en su dotación con más teléfonos, electrodomésticos, televisiones, etc… Por fin se produjo un crecimiento de la demanda de automóviles. Es la época del famoso modelo Seat 600, el símbolo de los años sesenta.

Por fin, otro aspecto importantísimo en los cambios sociales experimentados por la sociedad española fueron los paralelos cambios en la mentalidad. Se introdujeron nuevos gustos, modas y costumbres procedentes de Europa occidental gracias a la llegada masiva de turistas que tenían otras formas de entender la vida, y por lo que habían conocido los emigrantes que regresaban por vacaciones o de forma definitiva. El régimen franquista contribuyó a estos cambios al intentar acercarse a Europa con sus iniciativas para que España ingresase en diversos organismos internacionales y, especialmente en el Mercado Común, aunque, paradójicamente esos cambios sociales y de mentalidad fueron minando los pilares ideológicos del franquismo porque suponían ejercicios de libertad en lo social, en lo moral, cultural y político. El modelo europeo que los españoles comenzaron a conocer y a intentar disfrutar llevaba, en un plazo no muy largo, a desear el disfrute de una democracia.(Cádiznoticias)


Saludos y hasta el próximo post


viernes, 29 de noviembre de 2024

PARADOJAS CATALANAS

Al cumplirse el Sesenta Aniversario del Plan de Estabilización que salvó a España del colapso económico, el 6 de octubre de 2019 el periodista, Carlos Sánchez, publicó un artículo en El Confidencial cuyo contenido fue relativamente conocido en Cataluña; no así en el resto de España, donde pasó prácticamente desapercibido. En él se trata del protagonismo que tuvo el abogado y economista barcelonés, Joan Sardá, en el planteamiento estratégico y la puesta en acción de aquel Plan que libró a toda España de la ruina.

Una de las diversas paradojas de este trance histórico es que el personaje que sacó a España de la autarquía y pusiera al país en el tren de la modernidad (y de paso salvó a la dictadura) fuera, precisamente, un estudioso del cerebro de la socialdemocracia, John M. Keynes, quien había resucitad al capitalismo de la Gran Depresión de 1929. Es decir, mientras Laureano López Rodó y sus  tecnócratas del Opus se encargaban de medrar, con la ayuda de Carrero Blanco, para convencer a Franco de la necesidad de desalojar a los falangistas de los despachos autárquicos, quien proyectaba el Plan de Estabilización era el catalán Joan Sardá.

Joan Sardà, el hombre que salvó a España (y también al franquismo)

Juan Sardà (o Joan, como se prefiera) no conoció personalmente a Keynes, al sabio de Cambridge, durante su estancia en la London School of Economics, en los comienzos de los años 30, pero de él dijo: "El keynesianismo fue naturalmente la revelación de mis años de juventud, y de aquí deriva mi especialización hacia la cuestión monetaria".

El Sardà economista (1910-1995) no era socialdemócrata, ni franquista, ni liberal en el sentido ortodoxo del término, aunque esto pueda parecer una contradicción; ni, por supuesto, era partidario de la planificación soviética con sus planes quinquenales aprobados dócilmente por el politburó. De hecho, como ha escrito la profesora Rocío Sánchez Lissen, se proclamaba un 'liberal pragmático'.

Sardá, sin embargo, era un poco de todo eso, como lo era el propio  Plan de Estabilización de 1959, el cual lo diseñó desde su puesto como jefe del servicio de estudios del Banco de España, junto a un selecto grupo de tecnócratas, muy vinculados al Opus Dei. Y que a la postre serían los estrategas del gran salto adelante del franquismo. Un antes y un después que sacó del subdesarrollo al país, al que la guerra y la propia dictadura, enemiga de la libertad, habían sometido. Un país que sobrevivía a duras penas con la 'ayuda americana' tras los acuerdos estratégicos con EE.UU y la consiguiente instalación de sus bases militares en España.


Cómo acabar con la autarquía

En realidad, todo empezó hace ahora 60 años con una célebre 'Nota dirigida al Ministerio de Hacienda por el director del Servicio de Estudios del Banco de España', en la que Sardà, junto al economista Gabriel Ferrás, director del departamento para Europa del FMI, advertía del inminente colapso de la economía española y de la necesidad de abrirla al exterior, y que se materializaría poco tiempo después cuando en junio de 1959 llegó a España una delegación presidida por el propio director gerente del FMI, Per Jacobsson, para entrevistarse con el jefe del Estado y convencerlo de que era hora de liquidar la autarquía y de reestablecer el equilibrio entre ahorro e inversión. Nada más, y nada menos.

Como han señalado muchos economistas en una definición que se ha hecho canónica, aquel Plan supuso el paso del Rubicón de la economía española. Y su Julio César fue Joan Sardà, junto a los Navarro Rubio (Hacienda), Ullastres (Comercio) o López Rodó (comisario del Plan de Desarrollo), que realmente fueron los artífices de una obra imponente, en la que el profesor Fuentes Quintana ocupó un papel relevante.

Atrás quedaba la autarquía y el dirigismo neofascista del sistema productivo, representado en el Instituto Nacional de Industria (INI) como el símbolo más elocuente del capitalismo de Estado. España volvía al mercado. O lo que es lo mismo, volvía a mirar a Europa, el viejo sueño de la tercera España que perdió la guerra pero que décadas después ganó la paz sin pegar un solo tiro.

El ideólogo del Plan de Estabilización, otra paradoja más, venía del republicanismo burgués catalán, en el que se situaba más cerca de ERC, en cuyo órgano había publicado varios artículos. Como ha escrito la profesora Sánchez-Lissen, al comenzar la guerra civil, Sardà prestó servicios en el bando republicano, participando en la batalla de Teruel en 1938. Incluso, colaboró en el diseño de la autoridad monetaria de Cataluña, con la creación de un banco central, así como en la integración de esa región en el sistema monetario y financiero de la República. Su especialización en política monetaria puede parecer irrelevante, pero está en el centro del Plan de Estabilización que él diseñó, toda vez que la autarquía dejó las arcas del Estado tan exhaustas como se las encontró tras la guerra, lo que obligó a pedir préstamos en el exterior para financiar la incipiente industrialización. Ese tren que tantas veces se le había escapado a España.

Esa misma Europa que por entonces despreciaba el franquismo, que acabó por apartarlo del servicio de estudios en 1965 porque los planes de desarrollo, mucho más dirigistas, se habían alejado de lo que había alumbrado el primer Plan de Estabilización. El capital extranjero, el gran enemigo del primer franquismo, pasaba así a convertirse en la palanca del cambio económico para equilibrar la maltrecha balanza de pagos. Una tarea hercúlea que necesitó cuatro años de disposiciones legales para completar el célebre decreto ley de 1959 que, en sus primeras líneas, como un aviso a navegantes, reivindicaba la "guerra de liberación". Una cosa era liberalizar la economía y otra bien distinta abrir la mano a la democracia.

Ser jefe del servicio de estudios del Banco de España (accedió al cargo en 1956 después de trabajar varios años en Venezuela para el banco central) sin ser franquista (él fue quién redactó el Memorándum que España envió en junio de 1959 al FMI y a la vieja OECE para integrar a la economía en la modernidad) no debía ser fácil.

Sardá, como dijo el gobernador Pablo Hernández de Cos, en el informe anual del Banco de España se atrevió a afirmar que la situación económica era "insostenible" (sic), por lo que urgía a las autoridades a adoptar medidas. Ahí empezó todo. O casi todo, porque el apellido Sardà es sinónimo de una escuela de economistas muy críticos con el régimen.

“Cuando en Barcelona y Madrid se cambien los nombres de las calles, quizás algún día Madrid tendrá una dedicada al republicano catalán Joan Sardà Dexeus.”
 
Saludos y hasta el próximo post


jueves, 21 de noviembre de 2024

LA ESPAÑA TECNOCRÁTICA

Muchas personas mayores que vivieron en los 60’ del pasado siglo son conscientes de que el llamado desarrollismo o milagro español se debió al acierto de unos dirigentes pertenecientes al Opus Dei, que les dieron el relevo al cutrerío falangista en 1959: los TECNÓCRATAS. Los cuales se mantuvieron en sus parcelitas de poder a la sombra del Dictador hasta su desaparición en 1975.

El término Tecnocracia se impone a partir de los primeros años de la década de 1930, para indicar la progresiva expansión del poder de los técnicos de producción, químicos, físicos, ingenieros o economistas, basado en el supuesto de que “quien está capacitado para gobernar el proceso industrial empresarial está capacitado para gobernar no solamente entre sectores productivos, sino también la sociedad industrial en su conjunto”.

Con la creciente complejidad de las sociedades modernas, los tecnócratas han ganado ascendencia (y no solamente en las democracias) y ha quedado claro que la toma de ciertas decisiones (especialmente de política económica) requiere de altos niveles de experticia. El nombramiento de tecnócratas parte del supuesto de que, aunque haya democracia, no cualquier persona (con cualquier tipo de formación y trayectoria) puede ocupar cualquier cargo. Permitir que ciertos puestos se definan por las preferencias de la mayoría, o por amiguismos, o por cuotas burocráticas, lleva a políticas irresponsables, con consecuencias desastrosas para un país.

Pero en los 60’, esta estirpe de ingenieros y economistas, reconvertidos en políticos, no llegaron a replantearse en ningún momento una Democracia a la europea ni cambio político alguno, aunque consiguieron que un país tan complicado como este, y con tantas limitaciones, funcionara por lo menos en el día a día. Pero no de cualquier manera, sino con un crecimiento del PIB de un 7 por ciento anual de media. Por eso, hoy, muchos veteranos se preguntan si en tiempos políticos tan erráticos como los actuales no sería preferible tener algo parecido a aquello: dirigentes que conozcan bien su cometido técnico, lo ejecuten de una puñetera vez y se quiten las caretas que ocultan sus prebendas.


Pasarela construida en el barranco del Poyo por los vecinos de Picanya a los 20 días de la dana para ahorrarse un rodeo de casi una hora andando. (De la portada de El País, domingo, 17 de noviembre de 2024)


EL PLAN DE ESTABILIZACIÓN (1959-1975)


Las empresas del INI, comandadas por los falangistas y demás vencedores de la guerra civil fueron una especie de espejismo ya que no poseían conocimientos empresariales ni tenían capacidad de absorción de tanta mano de obra procedente casi en exclusiva del campo. Así que. a partir de 1956, un grupo de tecnócratas, de la Congregación del Opus-Dei, liderados por Don Laureano López Rodó, secretario de Carrero Blanco, inició una corriente política capitalista subterránea para tratar de cambiar las cosas, empezando por desalojar a los falangistas de los puestos clave de responsabilidad económica y, en consecuencia. acabar con la Autarquía. “Por la santificación del Trabajo”, doctrina del fundador del Opus Dei, Escrivá de Balaguer.


Una vez instalados en el Gobierno, en 1957, la misión del grupo de tecnócratas fue tratar de convencer a Franco de que era imprescindible acabar con la   Autarquía e iniciar una apertura al exterior. Así que después de muchas luchas internas a las qie Franco permanecía ajeno lo convencieron, y en 1959 firmó un Decreto-ley de Nueva Ordenación Económica, cuyos objetivos eran: “Establecer las bases para un desarrollo económico equilibrado y buscar una integración mayor de la economía española con la de otros países”. Esto daría lugar al fin de la política autárquica, que había sido liderada por los falangistas.

Se iniciaba el Plan de Estabilización, cuya nueva política estaba marcada por la liberalización de la economía, lo que posibilitó la apertura de relaciones comerciales con el exterior y el comienzo del desarrollo de la España de los 60’.

El Plan se inicia con los Planes de Desarrollo, materializados en los Polos Industriales, en las afueras de ciudades escogidas, donde se ubicaron los llamados Polígonos Industriales para tratar de conseguir la concentración industrial. Esta política supuso un crecimiento económico con una tasa media acumulativa de aumento del PIB del 7,2% anual.

A los nuevos polígonos, también se trasladaron, para aprovechar sus infraestructuras, los talleres semi-artesanales de los gremios que llevaban siglos en el interior de los centros urbanos, así como los talleres más modernos, formando entre todos, como se verá, las primeras Pymes españolas.

Con tres Planes de Desarrollo: 1964-67, 1968-71 y 1972-75, la primera consecuencia fue la emigración de personal para trabajar en esas ciudades recién industrializadas donde se necesitaban viviendas, las cuales había que equipar con más o menos enseres. Surgieron así las empresas inmobiliarias y sus proveedoras (ladrillos, herrajes, cemento, azulejos...), y a su vez las fábricas que les iban a suministrar los equipamientos, muebles y enseres. Ese Ecosistema Empresarial dio origen a las primeras PYMES españolas


Despedida a emigrantes en la estación de Sevilla


Pero al empleo interno no alcanzaba para gran parte de la población, y muchos ciudadanos tuvieron que emigrar a Europa para trabajar, y con las remesas de divisas enviadas a sus familias y las que se dejaban aquí el incipiente turismo extranjero, se pagaban las importaciones de las mercancías más imprescindibles: medicamentos, fertilizantes, petróleo y otros recursos básicos para que pudiera seguir funcionado la vida y la economía del país.


Saludos y hasta el próximo post









martes, 12 de noviembre de 2024

PREVENCIÓN Y RESPONSABILIDAD

Como digo en la PRESENTACION de este remake de mi Blog de el Mentor, si sucede algún acontecimiento fuera de lo común ajustaría el sumario del actual ‘BUSINESS’ para hablar del tema; y el caso de la dana, por desgracia, es el más trágico del presente siglo en nuestro país. Así, que aun sabiendo que el lector está saciado de noticias sobre el tema, lo quiero comentar desde la óptica de los Principios de Precaución y de Responsabilidad.

“El principio de precaución es un enfoque de la gestión del riesgo, según el cual, en caso de que una determinada política o acción pudiera causar daños a las personas o al medio ambiente y no existiera consenso científico al respecto, la política o acción en cuestión debería abandonarse.”

O dicho de otra forma:


Manifestación en Valencia el sábado 9 de noviembre

Y no vale culpar de todo al CAMBIO CLIMÁTICO, porque hay razones, más allá de la Ciencia, para dudar de que exista la menor intención de solucionar el asunto, auqnue se antepusiera el llamado Desarrollo Sostenible a los estragos que vienen sucediendo desde mitad del siglo XX, debidos a una súper-industrialización desbocada. Y me remito a los reiterados fracasos de todas las COP celebradas, incluida la 29 que se está celebrando desde hoy lunes- en Bakú (Azerbayán)

Por ejemplo: “En declaraciones a Valencia Plaza, el propio exdecano del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos y exdirector técnico de la CHJ (Confederación Hidrográfica del Júcar), Federico Bonet, señala que pese a no existir el "riesgo cero", sí señala que con más inversión pública en obras hidráulicas las inundaciones "se podrían haber evitado". Así, reconoce que efectivamente hace 15 años se hicieron estudios para nuevos proyectos en el barranco del Poyo y en el de la Saleta, pero que "muchas veces los planes no se ejecutan porque estas obras requieren de mucha inversión y están en sitios remotos que no llaman la atención de los políticos porque no tienen tanta repercusión", señala. (31-10-2024).

Es decir, los voluntarios, de aquí o de allá, pagan 20 euros por una escoba o 7 por una botella de agua y acuden a una manifestación para mostrar su indignación por la falta de RESPONSABILIDAD de unos dirigentes políticos que siguen saliendo en la tele sin pedir perdón, y sin que se les caiga la cara de vergüenza porque los pabellones de Feria Valencia se hayan tenido que reconvertir en una improvisada morgue por la cantidad de cadáveres a los que hay que identificar.

Pero, a su vez, la inmensa mayoría de esos paisanos nuestros, como todavía no habían nacido, desconocen que hace muchos años, cuando no se elegían a los políticos con los votos que ahora nos suplican por tierra, mar y aire, y a partir del desbordamiento del río Turia de 1957 (“Hasta aquí llegó la riada”) se realizó una obra gigantesca para desviar el cauce del río y que el agua no discurriera más por el centro de la ciudad. Esa obra la pagamos los habitantes del Levante español con un sello de 25 céntimos de peseta que por obligación había que añadir al correo postal que se utilizaba en la época, porque no existía ni el móvil; SMS o WhatsApp.

Entonces, qué, ¿volvemos al correo postal o rezamos para que la riada próxima sea un poco más benévola que esta?


Saludos y hasta el próximo post


martes, 29 de octubre de 2024

LA INDUSTRIA: POLVOS Y LODOS

El post anterior, primero de esta nueva era, a la que denominamos  “BUSINESS”, acababa con una división en tres períodos, el primero de los cuales abarca de 1923–1959, así que, vamos a por él: 

En la Introducción de  ‘Pioneros. Empresas y empresarios en el primer tercio del siglo XX en España’ (Granada, 2019), se dice: “El presente libro trata de acercarse a un momento histórico de vital trascendencia en la modernización económica e industrial española: el primer tercio del siglo xx. Un periodo brillante de nuestra historia económica, donde el país comienza un proceso de desarrollo y una senda de crecimiento más que destacable en torno a un proceso industrializador y de tecnificación sin precedentes en nuestra historia reciente. Para analizar estos años, el libro se centra en los actores fundamentales de este proceso: las empresas y los empresarios de la época, cuya labor creemos no ha sido destacada lo suficiente por la historiografía, a pesar de ser conocida en sus líneas fundamentales… Sin embargo, este deslumbrante periodo de desarrollo lo detuvo la Guerra Civil y las primeras décadas del Franquismo, que frenaron su avance, hasta los años sesenta del siglo XX”.  


Hispano Suiza H6B. (El Rolls Royce español).
Motor: 6/6597cc. Fabricado en Barcelona y Matriculado el 21/2/1929 
                                                
Pero para comenzar, hay que decir que, en el primer tercio del siglo XX, en España había un reinado de opereta, que en 1923, para poder perpetuarse, recurría al general Primo de Rivera, Capitán General de Cataluña, para que implantase una dictadura militar que duró hasta 1930. Un gran fracaso. Y a continuación, al General Berenguer, una “Dictablanda”, más desastrosa aún.

 Así las cosas, el domingo 12 de abril de 1931, correspondía la celebración de elecciones municipales, y las candidaturas de izquierda republicana y socialista obtuvieron mayoría de ediles en 41 de las 50 capitales de provincias, y en las ciudades grandes y medianas. 

El lunes el Rey Alfonso XIII abandonaba el trono y el martes 14 de abril se iba del país, proclamándose así la Segunda República. Pero el 18 de julio de 1936, tras cinco años de gobierno republicano y cuando empezaba a percibirse cierta recuperación económica y social, se produjo una sublevación militar que embarcó a los españoles en otra guerra civil que duró tres años, con más de un millón de muertos y que arrasó con todo. Las secuelas duraron hasta 1959.


LA AUTARQUÍA


El Periodo Autárquico, 1939-59, pretendida autosuficiencia de la economía franquista frente al exterior, y que no se alcanzó nunca, consistió en varias fases: desde el final de la Segunda Guerra Mundial (1945), hasta 1951, aunque su ocaso no llegará hasta bien entrada la década, con el reconocimiento de EEUU y el posterior abandono obligado de los falangistas del sistema autárquico, debido al cambio por el Plan de Estabilización, en 1959. Pero esto no significó una gran novedad en la política económica de la reciente historia. "Desde los años 30, explica el profesor Juan Velarde Fuertes, en su libro ‘Cien años de economía española’, se caracterizó por su marcado proteccionismo, fueran del carácter que fueran los Gobiernos en el poder. “Con variaciones de matiz, la Monarquía, la Dictadura y la República ampararon la producción nacional".

En ‘LOS NUEVOS ESPAÑOLES’, John Harper (1996:33), dice: “Todos los países europeos sufrieron muchas privaciones en la época de la   guerra mundial, pero España, donde el fin del decenio de 1940 se conoce   como ‘los  años del hambre’, sufrió más que otros. En las ciudades, desaparecieron de las calles los gatos y los perros, o porque se morían de hambre o porque se convertían  en comida. En las zonas rurales, los campesinos más pobres vivían de hierbajos cocidos; los cigarrillos se vendían de uno en uno. En Barcelona había suministro eléctrico solo tres o cuatro horas por día y los tranvías y trolebuses de Madrid se detenían una hora por la mañana y hora y media por la tarde, para ahorrar energía. De no haber sido por los préstamos del dictador argentino, general Perón, es probable que hubiera habido una hambruna total. El bloqueo comercial auspiciado por la ONU se levantó en 1950, pero las doctrinas aislacionistas e ineficaces de la Falange siguieron predominando: España iba a pagarlo muy caro.”


LA INDUSTRIA EN LA AUTARQUÍA


El mayor fracaso económico del régimen de Franco en su etapa autárquica se produjo en el sector industrial. Los dirigentes franquistas aspiraban a superar el atraso y a fortalecer la independencia y el potencial militar de España a través del desarrollo industrial. Pero la evolución de la actividad después de la guerra fue desastrosa, pudiendo calificarse el periodo de más allá de una década perdida, alargándose mucho la recuperación de la economía. El crecimiento del PIB durante los años cuarenta fue muy reducido y la renta per cápita no recuperó el valor de 1935 hasta 1953. Este retraso de la economía supuso la ruptura con el proceso de crecimiento pausado pero incesante iniciado en 1840.

“En el último siglo y medio, España no soportó otro periodo de empobrecimiento similar al vivido entre 1936 y 1950, y agrandó la distancia que separaba la economía de España de la del resto de Europa.”


Creación del INI (Instituto Nacional de Industria)

Es decir, el periodo de posguerra supuso un largo paréntesis en el proceso de industrialización de España, que contrasta con la situación vivida en Europa al finalizar la Segunda Guerra Mundial, en la que los países intervinientes sufrieron daños más graves en sus instalaciones industriales, pero de la que salieron más rápidamente. Por ejemplo, Alemania, recuperó su producción prebélica en cuatro años, Francia en seis, Italia en cuatro y Reino Unido en dos. (Todos ellos beneficiarios del Plan Marshal de USA).  Este atraso español se hizo más palpable en los sectores de la industria de consumo, donde el sector alimentario no recuperó los niveles previos a la guerra hasta los años sesenta. Sin embargo, el sector de la industria pesada tuvo un crecimiento mucho más importante gracias al apoyo estatal.

La Ley de ‘Protección de las nuevas industrias de interés nacional y de ordenación y defensa de la industria’, de 1939 y la ley de ‘Creación del Instituto Nacional de Industria (INI)’, en septiembre de 1941, tenían como objeto impulsar y financiar el resurgir de la industrialización que la guerra había devastado, pero   al frente de las industrias se situaron a los jerarcas del nuevo régimen, sin preparación empresarial alguna, para tener al personal ocupado y controlado, ya que la intervención del estado en las industrias creadas solo era política, en vez de buscar la Rentabilidad. Pero eso no importaba demasiado: las pérdidas eran absorbidas por el Estado porque el objetivo final podía ser muy distinto, como se comprobó a posteriori.

Las primeras industrias  del INI fueron: ATESA (Autotransportes), E.N BAZÁN (Astilleros), INH (Hidrocarburos), ENASA (Minería), ENCE (Papel), ENDASA (Aluminio), ENOSA (Óptica) ENDESA (Electricidad), ENFERSA (Fertilizantes), ENSIDESA (Siderurgia). ENTERSA (Turismo), Santa BÁRBARA (Armas), SEAT (Automóviles), ENMASA (Motores de aviación. 


OBJETIVO: EL BUSINESS PRIVATIZADOR

Las “joyas de la corona” de las empresas públicas españolas, por su rentabilidad o su capacidad estratégica, fueran del INI o no: CAMPSA, RENFE, TELEFÓNICA, ENDESA, TABACALERA, ENAGAS y otras, eran objeto de deseo de determinadas élites económicas muy concretas. Así que, al ser NEGOCIOS muy  apetecibles sus destinos se fueron  trazando:  PRIVATIZACIÓN. Y en efecto, poco a poco han ido cayendo, en todo o en parte, en manos privadas. De aquí o de fuera. En definitiva: “De aquellos polvos…"

Saludos y hasta el próximo post





miércoles, 16 de octubre de 2024

PRESENTACIÓN

Hace tiempo que quería describir, en un reducido e-book, mi punto de vista sobre la evolución de los negocios y la empresa en España en las últimas décadas, en su contexto histórico-social. Pero, entre experiencias vividas y datos rastreados me he replegado cien años, hasta 1923. Y como el personal está tan enganchado a las redes sociales y habituado a lo corto y abreviado, un esfuerzo más “intenso” de lo habitual quizá le resulte incómodo. Además, es posible que este sea el principal motivo por el que la lectura digital, y en papel más, esté en franco declive, unido a esa imparable carrera por conseguir continuas innovaciones funcionales para implantar la ley del mínimo esfuerzo en cualquier actividad humana.

Así que lo publicaré por entregas, reeditando mi “Blog de El Mentor” que, iniciado en 2013, lo dejé en stand by a finales de 2022, con 216 posts publicados. Los nuevos serán precuelas de los negocios de siempre, y respetaré el título del libro: ‘BUSINESS’, vinculado al inmutable principio de ganar dinero como sea, para lo cual he rellenado los huecos en blanco de algunos vidriosos acontecimientos que intentan pasar desapercibidos pero que están ahí. Y para ello, utilizaré los resultados obtenidos en la exhaustiva lectura pormenorizada de una importante cantidad de obras literarias, antiguas y recientes, y de la actualidad periodística.

La publicación será semanal y los posts se iniciarán en Linkedin (donde tengo, o tenía, cierta visibilidad), para proseguir con su lectura en el Blog, donde es más factible la inserción de imágenes, tablas o estadísticas. Intentaré respetar al máximo el orden del Sumario, aunque no dudaré en saltarme el protocolo si suceden acontecimientos que lo requiera. Pero, sobre todo, lo que no quiero es defraudar a los fieles lectores, a los que desde ya les expreso mi más profundo agradecimiento. Saludos cordiales.


ENTORNO SOCIAL DE UN CENTENARIO




INTRODUCCIÓN

“Una economía de servicios, especialmente ligados al sector inmobiliario, la hostelería y el turismo, y con un enorme peso de las micro pymes. Con estas breves palabras se podría definir el tejido económico español de las últimas décadas.” (El País-Retina). 

“En el siglo XIX, los viajeros románticos ingleses expresaban opiniones, como las del célebre Richard Ford en A Handbook for Travellers in Spain (1845) y Gatherings from Spain (1846), que retrató a los españoles ordinarios como generosos y nobles, refiriéndose constantemente al mal gobierno y al desgobierno: “La causa real y permanente de la decadencia de España, de la falta de cultivo y de la tristeza y miseria es el MAL GOBIERNO [sic, en mayúsculas], civil y religioso. Afirmó que, en todos los escalones de la Administración, había déspotas siempre dispuestos a aceptar sobornos”. (Paul Preston: “De 1874 a nuestros días”).

Así, no es de extrañar que la Revolución Industrial, arraigada hacía tiempo en los principales países occidentales, aquí se hiciera esperar. Y al analizar el centenario 1923-2023, se constata la posibilidad de que haya sido el peor período para el pueblo español de la Edad Moderna. Dictaduras, crisis de todo tipo, otra guerra fratricida que involucró a todo el país durante tres años y provocó miles de muertes, y mucho sufrimiento, rayando en la hambruna. Pero lo peor fue la humillación posterior a la que se vio sometido aquel pueblo bravo y rebelde, heredero del Dos de Mayo de 1808. Privado de todos sus derechos y libertades, y manejados por una burguesía que se gestó durante la guerra y se consolidó tras una larga postguerra de 40 años, mientras se distraía al personal con poco pan y mucho circo (fútbol, toros y folklóricas). Se inventó un concurso con premios de apartamentos en Benidorm que les ponían “los dientes largos” al lugareño que llegaba a la ciudad para trabajar en las industrias recién creadas y apenas si podía moverse en aquellos pisitos, y muchos en chabolas. Desde entonces, no han parado de emitirse programas que ofrecen millones, y un público ávido de emularlos se gastan lo que no tienen en toda clase de loterías, como si no hubiera mañana.

La Democracia devolvió los derechos y libertades, y aunque el pueblo ya no es aquel sometido durante tantos años, ya en Democracia se consolidó una oligarquía, surgida de las privatizaciones de los grandes monopolios franquistas (exigidas por la CEE). Oligarquía que amenaza a los gobernantes (y lo cumple) con trasladar sus sedes sociales a otros países más permisivos si les suben los impuestos, a pesar de las ventajosas SICAVS . Mientras, las pymes deben pagar sus inapelables impuestos, y los working class el IRPF de sus nóminas con el que tiran del carro del Estado que, aunque renqueante, prosigue su marcha.

Preston, termina su libro diciendo: “A lo largo de todo el periodo que abarca este libro, la corrupción y la incompetencia política han tenido un efecto corrosivo sobre la coexistencia y la cohesión social. La transición de España a la democracia ha suscitado la admiración general. Sin embargo, la magnitud de la corrupción constante y la ineptitud intermitente demostrada por la clase política en distintos ámbitos de la sociedad, desde 1982 hasta hoy, ha sido notable. Los políticos de derecha e izquierda no han podido o no han querido hacer frente a la corrupción. Solo durante breves periodos de tiempo, a principios de los años treinta del siglo XX y en los albores de la Transición, hubo cierto grado de respeto público por los políticos. Sin embargo, el desprecio y el resentimiento generalizados se han intensificad en los últimos años durante la crisis económica”.

Pero este trabajo no es político. La política solo nos ubicará en el contexto histórico de las relaciones económicas y empresariales; es decir, en el NEGOCIO. Sin embargo, lo más sorprendente es que en la definición del Tejido Empresarial Español, en el primer párrafo de esta Introducción, el término Industria ni aparece, confirmándose que es la eterna ignorada.

Por eso, en el intervalo de 100 años que aquí se analiza buena parte del foco se sitúa en la evolución de la Industria Española, ya que este trabajo se inspiró en la crisis del Covid 19, que se llevó miles de vidas por delante, gran parte por decisiones espurias y montones por carecer de equipamientos básicos (mascarillas, respiradores…), y no haber industrias en España con capacidad para reciclarse de inmediato y fabricarlos para salvar vidas, lo que originó la aparición de camadas de intermediarios granujas, sin conocimientos sanitarios ni escrúpulos para el NEGOCIO con algunas administraciones, que se prestaron a pagarles por materiales importados, sin control alguno de calidad ni de precios a cambio de comisiones, lo cual le da la razón a Mr. Preston cuando en su libro se refiere a la corrupción administrativa, para la que cualquier época es buena.

¿Por qué el título ‘BUSINESS’? Pues porque NEGOCIO es el término que acoge desde el freelance a la corporación. Y los diccionarios dicen que también se trata “de una ocupación o empleo que se utiliza habitualmente “para poder vivir”. Desde esa multitud de autónomos sin empleados, que prestan sus servicios en las empresas organizadas como uno más de la plantilla: los “falsos autónomos”. Es BUSINESS.

Así que, para explicarme mejor he decidido dividir el centenario analizado en tres períodos:

1923–1959;

1960-1985;

1986-2023


Saludos y hasta el próximo post.
    
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Si no se acaba de una vez con el desequilibrio entre el ser humano y la naturaleza, nuestros descendientes no querrán ni recordar nuestros nombres.