martes, 30 de agosto de 2016

LAS CLAVES DEL EMPRENDIMIENTO (I)

Hacía tiempo que ante el permanente deterioro del empleo por cuenta ajena intentaba poner mi experiencia y conocimientos empresariales al servicio de una juventud que se encontraba ante la disyuntiva de abandonar el país para buscar un empleo fuera o verse obligados a emprender un negocio aquí sin tener vocación ni unos conocimientos básicos para ello.

Así que en mayo de 2013 comencé la edición de El Blog de El Mentor, cuyo leit motive era el sempiterno fracaso de nuestro Modelo de Producción, basado en el Turismo y la Hostelería, y máxime después del frenazo de la Construcción Inmobiliaria y sus empresas proveedoras. Pero sobre todo por la falta de consolidación de nuevas empresas, incapaces de relevar a las ya establecidas que han ido cerrando o reduciendo sus plantillas, lo cual es el principal motivo de tan escalofriante desempleo.

Sin embargo, debo reconocer que desde 2007 yo estaba “avisado”, porque pude captar el mensaje del experto empresarial Fernando Trías de Bes, en la Presentación de El libro negro del emprendedor, al prevenir sobre el riesgo de “la alegría emprendedora”, que lo explicaba así:

“Un día tecleé en Google Factores Clave de Éxito y hubieron 36.700 salidas. Luego probé en Factores Clave de Fracaso y solamente había... ¡¡dos!! ¡Dos en toda la red! ¿Por qué el 99,98% de la literatura de gestión se dedica a analizar éxitos cuando solo el 5% de emprendedores supera del quinto año de su aventura empresarial?”

Han pasado los años y si se vuelve a teclear el mismo concepto se puede comprobar que salvo raras excepciones poco ha cambiado la cosa y solo se hace referencia al fracaso emprendedor para referirse a ese libro de Trías (la Biblia) y poca cosa más. Por tanto, el fracaso de tantas empresas nuevas podría devenir por derecho propio en materia obligada de estudio.

Todos los lunes editaba un post en el blog sobre el tema del empleo y su relación con el Emprendimiento Empresarial. Alcanzado el centenar, en mayo de 2015, y pese a su buena acogida, de pronto tuve la sensación de que podía estar perdiendo el tiempo. O sea, que mis escritos no influían para nada en la resolución de tan importante problema. Hasta el punto de que llegué a pensar que “trataba de matar elefantes con un tirachinas”.




Por tanto, decidí dejar el blog en stand by y no seguir escribiendo sobre el tema hasta acercarme a sus verdaderas causas, con el propósito de tratar de editarlas en un formato más divulgativo en caso de hallarlas. Pero en plena investigación, el 15 de marzo de este mismo año el periódico digital 20 minutos publicaba un artículo con el siguiente título:

‘¿Y SI EL EMPRENDIMIENTO NO GENERASE EMPLEO EN ESPAÑA?’

“Tanto ensalzar el emprendimiento para reducir las cifras del paro y animar a jóvenes y no tan jóvenes a crear una startup y puede ocurrir que España no sea país para emprendedores.”

Esta duda se la plantea la Fundación BBVA y el IVIE (Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas) y ellos mismos se responden que: “Parece que el emprendimiento no es sinónimo de mayor generación de empleo, más allá de la salida del paro de aquel que monta el negocio. 

La razón esgrimida es que “la supervivencia de las microempresas es reducida y que la elevada rotación empresarial hace que el saldo de empleo creado cada año por las nuevas empresas y el destruido por las que cierran tenga escasa influencia en las variaciones de empleo total: entre el 3 y el 4%”.

El estudio precisa que lo más importante para la evolución del empleo es el crecimiento o disminución del trabajo en las empresas existentes, cuya dinámica está a expensas del ciclo económico.

“La menor supervivencia empresarial en España respecto a otros países europeos se debe también a diversos factores del entorno económico, como vienen aportando los expertos encuestados por el GEM, quienes indican que los principales problemas para el Emprendimiento en España son por riguroso orden:

1º. La falta de educación emprendedora
2º. La Financiación
3º. Las políticas gubernamentales

Sin embargo, parece obvio que todo parte del punto 3º, Las políticas gubernamentales. Porque el Gobierno tiene la facultad de modificar en parte o totalmente el punto 2º, Las políticas de financiación, y sobre todo, el 1º, La falta de educación emprendedora, de la que me voy a ocupar a fondo porque creo haber encontrado un método bastante fiable para colaborar en la formación empresarial de la adolescencia española.

Porque a pesar de tantos problemas, yo opino que la mejor forma de crear empresas es mediante el Emprendimiento, aunque el sistema español emprendedor se preste a dudosas interpretaciones.

Y considerando que el mejor instrumento que existe actualmente para medir, entre otras cosas, los éxitos o fracasos del Emprendimiento es el GEM he decidido que conviene profundizar en el asunto utilizando esta valiosa herramienta. Por tanto, cualquier dato que en adelante publique corresponde al Informe GEM-2015 (publicado en abril-16).

El GEM, es un proyecto único a nivel mundial que explica y mide el proceso de creación de empresas en una larga lista de países de todas partes del mundo. La actividad de creación de empresas se mide a nivel individual y se define como: “cualquier actividad que tenga como propósito la creación de una nueva empresa, incluyendo el autoempleo”.

El observatorio GEM se inició en 1997 como un proyecto de investigación co-promocionado por la London Business School y el Babson College. El principal propósito era reunir juntos los mejores expertos en creación de empresa para estudiar la compleja relación entre la creación de empresa y el crecimiento económico. El proyecto ha crecido en tamaño y precisión, y actualmente representa un recurso único para académicos y políticos con el cual comparar la naturaleza, el grado, y el impacto económico de la creación de empresas.


Esta infografía de la TEA (Tasa de Actividad Empresarial) muestra una vía de escape, junto a los  emprendimientos irrealizables, hacia los ABANDONOS antes de consolidarse como empresas. Así como los CIERRES y TRASPASOS de las Empresas CONSOLIDADAS.

Pero como el resultado del porcentaje global de Fracasos (Cierres y Traspasos de Consolidadas + Abandonos de las TEA) es más complicado que fiable (por el tipo de cálculos que utiliza el GEM) puede que lo mejor sea calcularlo a la inversa. Es decir, según los porcentajes de Emprendimientos Supervivientes por categorías, como se puede comprobar en el siguiente cuadro, de los 16 años que hace que existen encuestas:

Como se puede observar en la última columna de la fila TEA (la suma de los Emprendimientos Nacientes + Nuevos), en 2015 se ha llegado al 5,7%, lo cual ha sido muy celebrado por los dirigentes de la encuesta porque supera el 5,47 del año anterior, 2014.

Pero no perdamos de vista que a pesar de algunos aumentos esporádicos, los resultados son los mismos que los de 2005 (10 años atrás). Dándose la circunstancia de que los Consolidados alcanzan el 7,7% en 2015, también como en 2005. O sea, que en diez años no se ha progresado nada.

Mitos del ‘boom’ emprendedor


Es decir, parece que al Emprendimiento Empresarial no se le ha prestado la atención debida, y como consecuencia de ello los planes vaticinados por las Administraciones Públicas, hace tan solo tres años (2013 fue el año clave), y apoyados por unos desangelados y efímeros concursos televisivos con muy poco tirón, no han sido la solución requerida por un problema acuciante para el tejido empresarial español.

El término Emprendedor es una versión refinada de la de descubridor, conquistador o aventurero de la Época del Renacimiento. Pero hasta el siglo XVIII el economista anglo-francés Richard Cantillon no le otorgó rango empresarial al concepto. Desde entonces se ha definido de muchas formas, pero mantiene como características comunes la incertidumbre del éxito y el riesgo, tanto económico como personal.

Sin embargo, en España, debido a su permanente desfase con los países avanzados no se utiliza el término Emprendedor en modo económico hasta los años 90 del siglo pasado, y en las Escuelas de Negocio.

Por otra parte, la confusa cultura empresarial española y la “mala prensa” arrastrada históricamente por el Empresario (explotador, negrero, etc.) puede que sea otro motivo por el cual más del 80% de los jóvenes prefieren ser funcionarios a empresarios. No obstante, parece que el panorama está cambiando; porque se viene asumiendo que gracias a las empresas la gente puede trabajar y prosperar en la vida.

Así es que habría que concluir diciendo que la clave del Emprendimiento estriba en la educación y formación empresarial de los jóvenes desde temprana edad, pero involucrando en la tarea a profesores y padres ya que su visión de conjunto les serviría de gran ayuda.

(Continuará)
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Si no se acaba de una vez con el desequilibrio entre el ser humano y la naturaleza, nuestros descendientes no querrán ni recordar nuestros nombres.