domingo, 13 de enero de 2019

HUMANISMO E INTELIGENCIA ARTIFICIAL

Hasta ahora he publicado en este Blog de El Mentor 170 posts. Objetivo: el Emprendimiento. Pero de este tema ya se ha dicho casi todo, así que se impone un cambio. Y como la Inteligencia Artificial se ha arraigado en la Robótica de Sistemas y en la Humanoide, lo que enfrentará a los súper eficientes con los humanistas, parece muy atrayente reiniciar una nueva etapa en este Blog para escribir la crónica de tan decisivo enfrentamiento, cuyo leitmotiv será el mismo del artículo que acompañamos: la máquina inteligente pronostica, pero es el médico (EL SER HUMANO) quien lo interpreta y toma la decisión adecuada. La misma filosofía que impregnará desde ahora los escritos que se publiquen en el Blog de El Mentor. 

(Humanismo e Inteligencia Artificial lo publicó como un editorial Jama Network, realizada por miembros del departamento de Medicina de la Universidad de Stanford, y reproducido en España por Gabi Heras en la web de la HUCI, sobre los efectos de lo que fue la implementación a nivel nacional de las historias clínicas electrónicas y la prometedora IA)


“Son miles de datos compartidos y accesibles, redundantes, los que obligan a los médicos a vivir pegados al ordenador contribuyendo así a su burnout. Lo que parecía una solución administrativa efectiva y una herramienta potente, al final parece tener unas consecuencias no previstas: la pérdida de las relaciones sociales entre profesionales y pacientes. 

Los autores sugieren que estas lecciones aprendidas deberían servir como guía en la implementación de la Inteligencia Artificial y el desarrollo de procesos creativos para el uso de la ingente cantidad de datos que genera el sistema, que no siempre son necesarios. Las máquinas, al aprender, no presentan interfaces humanas que puedan corregir errores. 

La pieza que falta en la dialéctica alrededor de la inteligencia artificial y el aprendizaje de máquinas en el cuidado de la salud es entender el paso clave en la separación de lo que es predicción y lo que supone una acción y una recomendación. Los clínicos debemos buscar máquinas que pronostiquen con exactitud, pero donde el ser humano explique y decida sobre la acción propuesta. 

Máquinas y humanos hemos de convivir, pero teniendo claro que es fundamental mantener la inteligencia humana en el bucle, dentro del contexto social, clínico y personal. Los ordenadores no saben conectar tecnología con Humanidades y Ciencias Sociales. 

Por supuesto, la capacidad de la inteligencia artificial para automatizar y ayudar es bienvenida, incluso puede ayudar a recuperar la conexión cara a cara entre el profesional y el paciente, lo que a su vez mejoraría las historias clínicas y la calidad de los datos aportados al sistema. 

Por lo tanto, deberíamos guiar y supervisar la inteligencia artificial como un socio en la atención al paciente, sin miedo, es decir, que la inteligencia humana trabaje con la inteligencia artificial. 

Todo ello, junto, mejorará el cuidado de los pacientes.” 

Hasta la próxima


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Si no se acaba de una vez con el desequilibrio entre el ser humano y la naturaleza, nuestros descendientes no querrán ni recordar nuestros nombres.