lunes, 31 de marzo de 2014

LOS PARADOS FANTASMA

Hace poco más de un mes me llamó la atención una carta al director publicada en El País que reproduzco más abajo porque creo que merece la pena comentar algunos detalles sobre ella. La carta decía:

“Todos los días veo la inquietud que existe por el paro juvenil. Las personas que hemos trabajado durante 30 años, con los 50 en la espalda, no aparecemos en ningún lugar. Somos los grandes olvidados, los parados fantasma, los que aun parados mantenemos como sea a nuestros hijos en la universidad y pasamos hambruna en casa.

Me pregunto qué pasará cuando se haga el cómputo (si es que se hace) de nuestras pensiones. ¿Le somos más rentables al Estado si hemos estado parados los últimos 15 años? También nosotros hemos trabajado para este país mucho tiempo. A ver cuándo nos acordamos de los parados mayores pero no inservibles, también tenemos derecho al trabajo, ¿o no?— F. D. Vázquez.

Bien, una carta correcta, bien escrita y con “un trasfondo” que cuando menos te hace pensar hasta dónde llegará la riada, como se decía en Valencia.

En primer lugar, y en un contexto general, en la carta se puede comprobar que existe un enfrentamiento soterrado dentro de la empresa entre la gente madura con contratos de trabajo indefinidos y buena antigüedad, a los que cuesta un buen dinero despedirlos, y los jóvenes con empleos precarios temerosos de ser despedidos en cualquier momento. 

Pero de la lectura de la carta sobre todo se deduce que hay otro enfrentamiento, en la calle, entre los parados mayores y los parados más jóvenes, en los medios, cuya muestra puede ser esta carta y, sobre todo, es notorio que cualquiera que siga alguna red social lo puede comprobar. Por lo visto, esta es otra de las secuelas del drama del desempleo.

No obstante, no me puedo sustraer a lo que yo considero un objeto de polémica importante. Dice nuestro protagonista escritor:

“Somos los grandes olvidados, los parados fantasma, los que aun parados mantenemos como sea a nuestros hijos en la universidad y pasamos hambruna en casa.”


Aquí la pregunta sería si en los tiempos que corren y con el futuro que se les viene encima a la actual juventud merece la pena ese sacrificio familiar para que por lo menos “uno se salve” (al pasar por la Universidad) a base de que su familia se sacrifique hasta el punto de pasar hambruna como dice este padre. 

Yo reconozco que soy de su misma cuerda: la Universidad para los hijos por encima de todo. Y sin pretender poseer la verdad absoluta, creo que estoy en lo cierto por muchos motivos. A pesar de que, pudiendo pagarla, hay muchos padres que no solo decían no a la Universidad en tiempos mejores que estos, sino que incluso se cerraban en banda ante la posibilidad de que el chaval asistiera a clases particulares para mejorar. Ni siquiera a la del Idioma. 

Y digo que creo que no estoy equivocado, a fuer de someterme a las críticas correspondientes porque ahora se está viendo que aunque en nuestro país no haya trabajo los que si lo pueden obtener fuera, con muchos sacrificios porque es imposible llegar y pegar a un país extranjero sin pagar la novatada, sobre todo del idioma y de la lógica adaptación, son los graduados medios y superiores. No son tiempos de peonaje como en los 50-60 del siglo pasado, sino de gente que en poco tiempo rindan tanto o más que los naturales del lugar. 

Me encantaría que alguien me sometiera a una rigurosa crítica, porque este es un tema que me viene acompañando toda la vida., ya que sin tener que pasar hambruna tuve que hacer sacrificios importantes para que los cuatro pasaran por la Universidad. 

Saludos y hasta la semana que viene.

martes, 25 de marzo de 2014

POBRE Y DESIGUAL FUTURO

La crisis económica ha dejado a España hecha unos zorros; pero, evidentemente, no a todos por igual. Hay un montón de gente y de empresas que prácticamente ni se han enterado de que ha habido una recesión de caballo que ha devenido en esta crisis, a la que los verdaderamente afectados no son capaces de vislumbrarle ni siquiera una aproximación a su final, sino más bien todo lo contrario.

Y lo más grave es que no solo no se ha aprovechado el tiempo para establecer las bases que impulsen verdaderos cambios que puedan prevenir situaciones similares. Lo peor es que el objetivo parece limitarse a salir de esta a base de una recuperación “como sea y de la forma que sea”, cuando montones de estudios realizados por expertos de toda índole llevan mucho tiempo diciendo que así no, que por ahí no hay nada que hacer, entre otras cosas porque hay mucha gente sufriendo. Por ejemplo:

“La crisis no es igual para todos. Es lo que denuncia la OCDE que revela que en España, la crisis sólo existe para los pobres. Para el 10% de los españoles más ricos, la recesión ni siquiera ha comenzado. Según los datos de la OCDE, la depresión económica ha costado a los españoles más pobres unos 2.600 euros por persona al año desde 2007, un 33% de su renta disponible. Por el contrario, los estratos más ricos apenas han perdido un 1% al año hasta sumar un 3% de caída de renta total.”

Los datos de la OCDE --agrupados en un estudio titulado "2014: sociedad de un vistazo"-- revelan que España es uno de los países más golpeados por la crisis (superado por Estonia, Irlanda, Grecia, México e Islandia) pero, al mismo tiempo, desvela que ese golpe lo han encajado unas rentas bajas que han caído como en ningún otro país desarrollado: a ritmos del 14% anual en algunos ejercicios. 


O esto otro: 

“En el futuro próximo, las rentas reales de los hogares se reducirán de forma considerable como consecuencia de la pérdida de ingresos causada por el desempleo, la presión tributaria, el aumento de las tasas de acceso a los servicios públicos y el recorte de la protección social. El desplome de las rentas más bajas hará que aumente el número de hogares con serias dificultades económicas y el número de familias en riesgo de exclusión o en condiciones de pobreza extrema. 

En la España de 2018 tendremos más familias multi-generacionales, donde las rentas de sus miembros se acumulen y se compartan. Sobre todo en tres tipos de hogares: 

1. En aquellos configurados por personas ancianas que viven con otros familiares 

2. Allí donde los jóvenes abandonan la casa de los progenitores de forma tardía o vuelven a su hogar de origen tras una emancipación fallida o un desahucio 

3. En el caso de familias mono-parentales y post-divorcio que son acogidas por los padres de la persona que las encabeza.” 


En definitiva, si algo positivo puede traer consigo una crisis es el impulso a la reflexión, la autocrítica, la humildad y la determinación para emprender verdaderos cambios. Así ocurre con algunas personas y empresas cuando experimentan un revés: constatan lo bajo que han caído y se motivan para levantarse y mejorar. 

Dicen que la crisis no se podía prever, y difícilmente evitar, pero, al parecer, o no se ha aprovechado el desastre para canalizar energías e ideas hacia un nuevo proyecto económico más o menos común o ha faltado voluntad para hacerlo. O lo que es lo mismo, como los que tienen el poder de decisión para cambiar el rumbo están en el bando de los que no se han enterado de nada… pues, eso. 

Hasta la semana que viene.

lunes, 17 de marzo de 2014

A MENOS INDUSTRIA MÁS PARO

Se podrá decir lo que se quiera, pero por mucho que se intente “inflar” el sector Servicios, si no es como complemento de una Industria medianamente próspera, será difícil que los empleos que se creen no sean más que algo como de quita y pon. “Pan para hoy y hambre para mañana”. 

Algo similar vino a decirnos José García Domínguez, el pasado día 4 de este mes, en su web Libre Mercado, en un contundente artículo cuyo último párrafo resume lo que mucha gente piensa pero pocos se atreven a decir, y los medios de comunicación habituales, salvo raras excepciones, y no digamos los políticos, tratan de disfrazar intentando vendernos motos sin ruedas. Decía: 

“El resultado era previsible: el aparato productivo nacional genera empleos de muy escasa calificación técnica, de baja productividad y, en inexorable consecuencia, retribuidos con sueldos acordes a tales premisas de partida; empleos típicos de país pobre que se aprestan a demandar trabajadores oriundos de países pobres. El mercado reclama ayudantes de cocina, paletas y reponedores de supermercados, mientras los hijos de la clase media estudian ingenierías aeronáuticas y carísimos másteres en gestión que los abocan a una disyuntiva simple: la frustración vital o el exilio. Un horizonte ya crónico que, por cierto, no van a cambiar las guerritas entre PP y PSOE, o entre liberales y keynesianos. O volvemos a la industria o acabaremos volviendo al Tercer Mundo.” 


En el mismo orden de cosas, el clarividente y nada sectario periodista catalán Xavier Vidal Folch, en su artículo de El País del pasado jueves, día 13, titulado Todo contra la industria, entre otras cosas, nos advierte de lo siguiente: 

“Solo la industria crea empleo de calidad, estable, correctamente pagado y socialmente cohesionador. Lo han descubierto en la escuela alemana hasta los británicos, que despeñaron sus manufacturas para descubrir la dudosa panacea de unos servicios -sobre todo financieros— donde ha fructificado la Gran Recesión.” 

Y sin tratar de ponernos medallas, en plenos calores del pasado mes de julio, en el Post titulado “Modelos de Negocio de la España, S.A. (2º)”, decíamos aquí mismo que seguimos sin aprender ni siquiera de nuestra propia historia. Y lo concretábamos, entre otras, en las siguientes palabras: 

“Esos Fondos (los europeos) eran tanto para adquirir conocimientos y habilidades industriales como para modernizar las infraestructuras del país. Pero para una mentalidad cortoplacista, como la española, la segunda opción era mucho más atractiva: un aggiornamento de nuestras comunicaciones (autopistas, aeropuertos, AVE, etc.) y aprovechar los próximos eventos del 92 (Expo y Olimpiada) para montar una fastuosa operación de Marketing y demostrarle al mundo que éramos un gran destino turístico, y que podíamos ser el mejor. 

Se eligió la segunda opción porque sus resultados se podrían palpar enseguida. Pero para hacer las cosas bien había que crear un modelo de negocio Inmobiliario ex-novo, que podría convertirse en el negocio del próximo milenio. Estaría compuesto por constructoras (cuanto más importantes mejor), la Banca y Cajas de Ahorros (con sus políticos de todos los colores y los sindicatos). Más las Administraciones públicas, que tendrían la última palabra.” 

Moraleja: sin Industria no hay nada que hacer y, de momento, nada le puede hacer sombra. 

Hasta la semana que viene.

lunes, 10 de marzo de 2014

EL FALSO AUTÓNOMO

Hace un par de años, cuando el desempleo juvenil (hasta los 35 años) era algo menor que ahora, un joven con un título universitario técnico de grado medio oyó la misma respuesta en las cuatro últimas entrevistas de trabajo a las que tuvo acceso: “Te puedes dar de alta como autónomo y con un contrato mercantil, no laboral, trabajar en exclusiva para nosotros. Así, es muy probable que, fueras admitido en esta empresa.” 

Poco tiempo después tuvo la oportunidad de preguntar por teléfono en un programa de televisión a la portavoz de una consultora nacional de RR.HH cómo era posible tal coincidencia de criterio en cuatro empresas de sectores distintos. Y aquella señora, para todo aquel que quisiera oírlo, más o menos (hablo de memoria), le dijo: 

“Los jóvenes, con una tasa de desempleo del 50% incluyendo a los recién titulados, encuentran grandes dificultades para conseguir una entrevista y obtener el empleo que desean. Sin embargo, es imprescindible que se incorporen cuanto antes al mercado laboral y que inviertan tiempo y esfuerzo en lograr una experiencia profesional acorde con sus vocaciones.

Es decir, es más importante la incorporación al mundo laboral cuanto antes que el tipo de contrato por el que se accede, sea este laboral o mercantil. Trabajar como autónomo también tiene sus ventajas. Cuando uno es su propio jefe dicha situación otorga total autonomía para la toma de decisiones, gestionando su propio tiempo sin depender de superiores o de socios.”

Ayer domingo, las páginas de El País Negocios hablaban, casi de forma monográfica de la precariedad en el empleo, partiendo de un editorial muy serio en el que le baja los humos a los/as que siguen lanzando las campanas al vuelo para hacerle la pelota a quien corresponda en cuanto detectan algún síntoma favorable, aun sin confirmación. Y que en relación con el tema que nos ocupa, el artículo dice: “La realidad es que los indicios de recuperación del empleo se fundamentan en empleo precario y conversión forzada de asalariados en autónomos.”.

Y apoyándose en las opiniones de una decena de expertos dicen que el empleo autónomo que se promociona desde el Gobierno y que genera mucho asalariado encubierto, al dejar de estar protegido por los convenios colectivos, llegaron al 70% del incremento de las afiliaciones a la Seguridad Social del pasado mes de febrero. Concretamente, 44.000 trabajadores autónomos del total de 61.000 afiliados. 

Así, se pregunta el artículo: “¿Cuántos de ellos son personas que han comenzado un nuevo negocio y cuántos se han dado de alta para ejercer el mismo trabajo que antes hacían como asalariados en la misma empresa que externaliza servicios y trasvasa todo el riesgo al trabajador y que, por supuesto, no representa creación de empleo?” 

El secretario general de UPTA (Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos), Sebastián Reyna, admite que una parte importante de las altas de trabajadores por cuenta propia se está produciendo por una externalización de servicios de las empresas que antes no se producía, como ocurre en el sector de la educación. Según UPTA, los empleados autónomos que trabajan para una sola compañía ascienden a 265.000, y es el colectivo que crece a un mayor ritmo, el 11%. “Es la parte de la precariedad del trabajo autónomo”, asegura Reyna. 

Dicen que los falsos autónomos, como se conoce a este colectivo, no son exclusivos de España. “Es un fenómeno propio del Sur de Europa, donde hay un tejido empresarial especialmente débil. Al fin y al cabo, con este tipo de relación laboral, lo que hace el empresario es trasladar todo su riesgo al empleado.” 

Según Reyna, la situación del mercado laboral no se solucionará mientras no se aborde en España un cambio del tan traído y llevado modelo productivo, “solo tendremos empleo precario, fundamentalmente temporal”. En su opinión, el Gobierno está cargando sobre los hombros de los autónomos más responsabilidad de la que pueden asumir, puesto que, como parte más débil de la cadena empresarial, “no vamos a poder sacar a España de la crisis porque no somos determinantes en la economía, como son el sector público o las grandes empresas”. 


Hasta la semana que viene.



lunes, 3 de marzo de 2014

EL CROWDFUNDING

Con independencia de que yo reiteradamente escribo en este foro que la falta de financiación no es un problema fundamental para crear una empresa porque cundo el emprendedor se pone como una moto el dinero fluye de aquí o de allá, está claro que exagero. Vamos, que para empezar hay que tener algo; por lo menos para las inversiones iniciales, por mínimas que éstas sean. Y parece claro que si no se tienen unos ahorros, unos padres ricos, o un paro que capitalizar mal asunto. Sin duda, se cumpliría el dicho de que “sin dinero no hay negocio”. 

Y es que para qué hablar hoy de los bancos, ¿verdad? Bueno, pues si hacemos abstracción de su existencia, además de los Business Angels, que son unos inversores con “poderío económico” que suelen poner su dinero en los comienzos de los emprendimientos a cambio de una importante participación social en esas futuras empresas, si consideran que pueden llegar a ser rentables, nos queda una moderna figura conocida en inglés como Crowdfunding, que en castellano significa sistema de financiación colectiva.


Bien, el Crowfunding se ha significado en los últimos años como una importante alternativa para colaborar con los proyectos empresariales en tiempos de crisis económica, ya sea mediante la aportación de empresas o particulares. La gran diferencia con el sistema de Business Angels estriba en que las aportaciones del Crowdfunding son mucho más pequeñas y por tanto están muy atomizadas, por lo que la futura empresa tendrá muchos participantes. 

El Crowdfunding se tiene como una muestra más de la creatividad de la iniciativa privada, a la que ya le venía resultando extraño que algún cerebro de esos privilegiados que andan por ahí no la hubiera encontrado susceptible de considerarla una actividad merecedora de una fuerte carga impositiva porque sus cifras están subiendo como la espuma. 

Bueno, pues el Gobierno ha cortado por lo sano. No es que le haya impuesto una carga fiscal, que ya se paga por otras vías, sino que en el Consejo de Ministros del pasado viernes aprobó la limitación del sistema a partir de ahora a 3.000 euros por proyecto y a 6.000 euros al año por plataforma de financiación. 

La decisión además responde, según el titular de Economía y Competitividad, a la intención del Gobierno de adaptar un campo que carece de regulación a la forma de abordarlo de "otros países de nuestro entorno", como Estados Unidos o Reino Unido. 

De todas formas, el ministro ha recordado que, cuando se opta por el 'crowdfunding', se prescinde de cualquier tipo de intermediario -también de los "agentes bancarios"- y se opta por saltarse "todos los cauces habituales". 

O sea, parece que no es verdad lo que algunos deslenguados han dicho en las redes sociales, que entre algunos ministros se decía: “¿pero qué es eso de que la gente disponga de su dinero sin dar explicaciones? ¿Pero qué se han creído? 

Hasta la semana que viene.

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Si no se acaba de una vez con el desequilibrio entre el ser humano y la naturaleza, nuestros descendientes no querrán ni recordar nuestros nombres.