viernes, 16 de marzo de 2018

EMPRENDIMIENTO Y CREACIÓN DE EMPLEO EN ESPAÑA

Ya se ha presentado el Informe GEM 2017. Este año ha tocado en Seúl, y destaca que el emprendimiento crece en todo el mundo y que predominan las iniciativas impulsadas por oportunidades del mercado, aunque refleja una disminución en las perspectivas de creación de empleo en todos los niveles económicos.

Según los autores, estos cambios podrían indicar que cada vez más emprendedores eligen trabajar de forma autónoma. En este sentido, Federico Gutiérrez-Solana, director de CISE y presidente de la RED GEM España, explica que “esta es una tendencia de futuro inmediato: los nuevos emprendedores van a encontrar sus oportunidades en el autoempleo, basado en el propio conocimiento más que en la creación de empresas”.

América del Norte es la región con la mayor proporción de emprendedores que esperan crear puestos de trabajo en los próximos cinco años (58,8%), mientras que en Europa el 50% indica que generarán al menos un empleo. En España lo espera el 42% y un 9% prevé contratar a 6 o más empleados en los próximos cinco años.

El GEM es el mayor estudio vinculado al emprendimiento del mundo y se desarrolla de forma ininterrumpida desde 1999 evaluando características, motivaciones y ambiciones de cientos de miles de personas de más de 60 países. El último informe presentado en Corea del Sur cubre el 68% de la población y el 86% del PIB mundial. Esta iniciativa global cuenta en España con la coordinación del Centro Internacional Santander Emprendimiento (CISE) y el patrocinio de Banco Santander y la Fundación Rafael del Pino.

Según el informe, las economías con mayor desarrollo reportan niveles más altos de iniciativa emprendedora impulsada por oportunidades y, a su vez, mayores índices de innovación y de perspectivas de creación de empleo. Como hemos dicho, América del Norte se sitúa a la cabeza con un 82% de emprendedores motivados por oportunidades, seguida de Europa (75%) y Asia y Oceanía (74%). En España este índice se ha estabilizado en torno al 70%.

El grado de innovación, que según GEM se da cuando una iniciativa emprendedora ofrece un producto o servicio nuevo para el mercado, es también más elevado en economías desarrolladas como Canadá (43%), Francia (48%), Estados unidos (36%). La cifra de innovación en España ha aumentado situándose en un 25% (mejorando el índice de los últimos ocho años) , aunque continúa por debajo de la media europea (28%), ha superado los niveles de otras economías competitivas como Holanda (22%) o Alemania (23%).

La actividad emprendedora ha aumentado en España un punto con respecto al año anterior (del 5,2% al 6,2%). Y, por primera vez en ocho años, ha superado el umbral del 6%, iniciando la recuperación hacia las cifras que alcanzaba antes de la crisis. La tasa de negocios establecidos (con más de 3,5 años en el mercado) también ha mejorado, situando a España (7%) en la media de los países europeos y por encima del total de las economías impulsadas por la innovación (entre los que se encuentra nuestro país). 

Actividad emprendedora en el mundo 

El principal índice que analiza GEM es la Tasa de Actividad Emprendedora (Total Entrepreneurial Activity-TEA), que mide las iniciativas que tienen hasta 3,5 años de vida en el mercado sobre la población de 18 a 64 años. En términos globales, el Informe refleja que en dos tercios en todos los países encuestados.


Impacto del emprendimiento en el empleo

Los datos indican también que existe una correlación entre los altos niveles de motivación por oportunidad y las perspectivas de creación de empleo. Desde el punto de vista de la formulación de políticas, el informe GEM señala que es importante implementar medidas, regulaciones y educación dirigidos específicamente a apoyar a los emprendedores con aspiraciones de crecimiento medio o alto y con iniciativas viables y escalables con el fin de optimizar su impacto sobre el crecimiento económico. 

Más apoyo y educación en emprendimiento 

El Informe Mundial GEM realiza entrevistas a expertos en emprendimiento de todo el mundo que evalúan doce componentes que se consideran imprescindibles para crear un ambiente estimulante para los emprendedores. En España han resaltado el valor de las iniciativas gubernamentales encaminadas a impulsar el emprendimiento, aunque han criticado que no se acompañen con políticas que reduzcan los trámites burocráticos y las cargas impositivas

Si bien su valoración sobre la educación en emprendimiento ha mejorado, los expertos insisten en que esta formación todavía tiene un papel secundario y recomiendan la introducción de más conceptos sobre actividad emprendedora tanto en etapa escolar como universitaria. El fomento de la transferencia de I+D al tejido productivo también es señalado como un punto débil en España sobre el que es necesario realizar políticas más efectivas. Gutiérrez-Solana coincide con los expertos en la necesidad de incentivar las actitudes emprendedoras entre los investigadores ya que “las personas emprendedoras son un vehículo sustancial de la transferencia del conocimiento y, por tanto, de potenciar la innovación y la competitividad”. 

Hasta la próxima


lunes, 12 de marzo de 2018

DEL HUMANISTA AL HUMANOIDE

Lo previsible se automatizará, mientras que se necesitarán más habilidades humanas tendentes a solucionar lo imprevisible.

Durante el siglo XIV la sociedad feudal sufrió una enorme crisis debida a una concatenación de factores negativos que debilitó el poder de los señores feudales porque perdieron muchos tributos de los siervos de la gleba, que dejaban de trabajar el campo al preferir enrolarse como soldados en los ejércitos que luchaban en las interminables guerras que asolaban Europa. 

La consecuencia fue una falta de alimentación y de higiene que se tradujo en grandes hambrunas y epidemias, que culminaron con la peste negra, la cual afectó a gran parte de Europa a partir de 1348, y acabó con la vida de unos 25 millones de sus habitantes, el 50% de la población, aproximadamente.

Pero a principios del siglo XV la agricultura se reconstituyó. Muchas tierras abandonadas se pusieron de nuevo en producción, viendo en ello los comerciantes urbanos una buena oportunidad de negocio; así que comenzaron a invertir en la compra de tierras. Pero el cambio no era fácil: había que modificar la rígida sociedad feudal.

En el país que más se notó el cambió fue Inglaterra, porque muchos propietarios comercializaban lo que ya producían sus propias tierras, así que introdujeron innovaciones técnicas para aumentar la productividad, las cuales provocaron bastante desocupación ya que dichas novedades reducían la mano de obra.

En las ciudades, la mayor parte de la producción artesanal siguió controlada por los gremios que fijaban los precios, la cantidad y la calidad de los productos. Y aunque la lana para la producción de paños provenía de las zonas ganaderas y rurales de Inglaterra y España, las florecientes ciudades italianas mantenían la producción de tejidos de seda de alta calidad, con el consiguiente beneficio.

Se dejó atrás la Edad Media y se produjo un cambio radical, desde la creación de riquezas hasta lo cultural, pasando por la política o el nacimiento de la Imprenta, originándose el comienzo de la Edad Moderna, que se materializó en el Renacimiento (1450–1570). 

Iniciado en Italia, el Renacimiento se basó en el Humanismo. Una filosofía antropocéntrica en la que todo giraba en torno al Hombre, desligado de la histórica perspectiva teológica y enlazando con las nuevas ciencias y volviendo la vista al arte clásico grecolatino.

Bien, pues ya es un hecho la existencia de una imitación humana: un Humanoide con Inteligencia Artificial, creada por el descendiente del Humanista del Renacimiento, aquel que comenzó la andadura que nos ha traído hasta aquí tras cinco siglos de historia y tres revoluciones industriales. La actual de la IA ya es la 4ª.


Este tema se puede enfocar desde distintos puntos de vista, pero todos ellos son problemáticos porque, si hablamos de lo nuestro, la empresa, su fin es intentar conseguir la mayor productividad posible para obtener una rentabilidad que le asegure su continuidad. Otra cosa es tratar de conseguirla “como sea”. Porque en un futuro como el que nos espera, de robotización masiva, ¿qué espacio puede quedar para el trabajador humano? 

La Universidad de Oxford estima que el 47% de las profesiones que hoy conocemos ya están en riesgo de desaparecer, y las que permanezcan tendrán que cambiar radicalmente. En línea con este cálculo, la revolución laboral ya está en marcha: Camioneros, mecánicos de coches, carpinteros, soldadores, maquinistas y empleados de contabilidad disminuyeron en la última década.

Por otro lado, el Foro Económico Mundial de Davos, en su informe "El futuro de los trabajos: Empleo, habilidades y estrategia de la fuerza de trabajo para la cuarta revolución industrial" afirma que "las profesiones y competencias más demandadas en la actualidad no existían hace diez o incluso cinco años, y el 65% de los niños que estudian Primaria trabajarán en empleos que aún ni existen". 

Pero los empleos del futuro aún son impensables, lo que supone un reto para la educación, pues, según el Banco Mundial, un joven que se matricule en ingeniería, “la mitad de lo que aprenda en su primer año estará ya obsoleto al final del tercer año de carrera”. Por tanto, ¿qué futuro laboral les espera a los actuales alumnos de bachiller?

Por eso, al llegar a este punto estamos obligados a preguntar a las autoridades competentes si se están utilizando las necesarias habilidades para que los programas estudiantiles prevean desde edades tempranas algunas soluciones a los problemas que serán más imprevisibles aún si hoy no se toman medidas. 

Hasta la próxima

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Si no se acaba de una vez con el desequilibrio entre el ser humano y la naturaleza, nuestros descendientes no querrán ni recordar nuestros nombres.