domingo, 14 de junio de 2020

PARECE QUE ESTE SÍ ES PAIS PARA VIEJOS

“Y llegó el coronavirus. Avisando, pero nos llegó de golpe. Nos sorprendió ya la suspensión del Mobile World Congress. ¿Sería para tanto? Veíamos lo que pasaba en China, en Corea, pero estaba lejos… Llegó a Italia y reaccionamos lentos. No imaginábamos que la globalización fuese tan contundente. El efecto dominó resultó imparable: distanciamiento social, paralización de una parte del ciclo económico, colapso hospitalario, cifras de contagios y de muertes espantosas. Las empresas en este contexto han visto limitadas sus actividades y, con pocas excepciones, se concentran en reaccionar para sobrevivir.” 

Este es el principio de un artículo firmado por el experto Xavier Marcet en el diario empresarial catalán “viaempresa”, el pasado 26 de marzo. La fecha era muy prematura para afinar tanto con tan pocas palabras, pero como luego se ha comprobado se quedaba muy corto, ya que los sucesos que han ido aconteciendo tenían la dudosa dualidad de meternos el susto en el cuerpo o sorprendernos, como se podrá comprobar.

Esta disyuntiva te obliga a pensar que aquí hay una cierta avitaminosis cerebral, como decía un íntimo amigo mío. Y es que, en la aún inacabada crisis de 2008, tanto a los políticos como a cualquier medio se les llenaba la boca o el teclado para decirnos que la única salida posible que había para superar aquel desastre era el Emprendimiento empresarial; es decir, más autónomos. Cuando los organismos económicos internos y externos, más o menos neutrales, dicen que nuestro verdadero problema es la escasa cifra de empresas industriales grandes. Por eso dependemos tanto del Turismo y la Hostelería, y de ahí tal cantidad de autónomos y microempresas (de uno a 9 empleados).

Y muchos jóvenes (la mayoría de ellos sin dinero ni conocimientos ni haber pisado una empresa jamás), convencidos de que encontrar empleo por cuenta ajena era una quimera porque amigos o familiares suyos con una carrera universitaria y un máster se tenían que marchar fuera para trabajar, se lanzaron de cabeza a unas piscinas sin agua para coger en traspaso o montar bares, pastelerías, fruterías o tintorerías, hicieran falta o no, para hacerse empresarios, como les decían. Pero después de bajar la persiana por última vez han podido comprobar que aquellos préstamos que pidieron para poder arrancar había que devolverlos.

Y claro que se están devolviendo, pero los devuelven sus avalistas. La mayoría, los padres. Pensionistas que se las ven y se las desean para llegar a final de mes porque tienen que pagar la hipoteca mensual que le avalaron “al niño empresario”. Porque si no la pagan, el banco les va a quitar la casa en la que viven y con la que garantizaron el aval. 

Sin contar con que lo único que vislumbran en el horizonte es la más que segura congelación de sus pensiones; otra vez, y más pronto que tarde. Porque “no hay suficiente barco para tantos marineros”. Metáfora de la versión del Catedrático de Estructura Económica Don Santiago Niño Becerra: “Sobran trabajadores para lo poco que queda por fabricar”
(De un post de El Blog de el Mentor, en mayo 2016)

Bueno, pues una vez que parece que se agota el banquillo juvenil, ahora alguien empieza a fijarse en los suplentes veteranos (despedidos por los ERE o prejubilados). Y sin que entremos en los desastrosos datos que nos desbordan, nos quedamos solo con este: “El número de parados mayores de 50 años se ha duplicado en los últimos 10 años, que ya antes de la crisis del Covid-19 era cercano al millón. La edad es responsable de que más de la mitad de los currículos de los mayores de 50 años que llegan a las empresas españolas sean descartados sin ser estudiados” (según reciente informe de la Fundación Adecco).

O sea, que ojo con este anuncio: 


Es decir, que no es necesario leerlo ni oírlo todo para comprobar que el trabajo por cuenta ajena brilla por su ausencia: quieren veteranos para que emprendan. O lo que es lo mismo: más autónomos. Pero eso sí, siempre puedes entrar en una empresa como falso autónomo como ya se dijo en este blog en 2014, pero como desde entonces ha llovido tanto conviene actualizarlo. 

Pero atentos a la coba que les dan ahora a aquellos que despidieron hace cuatro días: “Los profesionales ‘senior’ están mejor preparados, entre otras cosas, porque en sus vidas han tenido normalmente experiencias, sucesos y conocimientos que conforman una trayectoria vital que ayuda, sin duda alguna, a remontar mejor las incertidumbres que siempre acompañan a las situaciones de crisis, tanto en el plano individual como colectivo”. Dice Juan Antonio Sagardoy, abogado laboralista. Y añade: “Creo que en la etapa que se avecina, los ’seniors’ seguirán teniendo un papel importante y fructífero, un valor por sí mismos en el que la edad solo ha de suponer un plus de experiencia y conocimiento acumulado.

A buenas horas mangas verdes”. Dirán los seniors: “Si somos tan buenos y eficaces ¿por qué en la crisis anterior nos pusisteis en medio de la calle?”

Sin comentarios.

Hasta la próxima


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Si no se acaba de una vez con el desequilibrio entre el ser humano y la naturaleza, nuestros descendientes no querrán ni recordar nuestros nombres.