jueves, 21 de abril de 2022

DEFINITIVAMENTE, ESTE NO ES PAÍS PARA VIEJOS

 Así excluye la digitalización a los mayores: “¿Y los que no sabemos? ¿Que nos den morcilla?”


“La brecha digital margina a grandes bolsas de población, sobre todo a las personas mayores y a quienes, por ingresos, tienen dificultades para acceder y utilizar la tecnología. El de la banca es un caso especialmente lesivo. El cierre intensivo de sucursales y el despido masivo de personal perjudican directamente a los clientes.

Desde hace varios años, compañías de todo tipo están volcándose en la digitalización de sus servicios, optimizando aplicaciones móviles y páginas web para que los trámites se resuelvan lo más rápida y cómodamente posible, y siempre con un horizonte común: que no haya ninguna necesidad de tener que interactuar con alguien de carne y hueso. Sin duda, para quienes se desenvuelven bien entre mails, apps, smartphones y tablets —como los nativos digitales—, esta dinámica de consultas y pagos online resulta muy práctica y agiliza muchísimo las gestiones, pero puede suponer un verdadero martirio de impotencia y frustración para aquellas personas para las que, por edad, el uso de la tecnología es un obstáculo muy difícil de sortear.

No obstante, la brecha digital no solo perjudica a las personas mayores, sino también a quienes no pueden acceder a dispositivos tecnológicos o contratar tarifas de internet por falta de dinero. En concreto, los inconvenientes que acarrean esas operaciones que obligatoriamente se tienen que hacer a través de la red o una máquina se agravan para los mayores de 75 años, los que tienen rentas más bajas, las mujeres, y las personas con menor nivel educativo.

Quizá el sector donde más se ha enfriado el trato humano, hasta casi desaparecer, es el bancario. Muchas entidades ni siquiera tienen sedes físicas, todo lo fían a internet, y las que aún conservan sucursales las han reducido y han implementado tecnología que permite realizar múltiples operaciones, por ejemplo, desde un cajero automático y sin tener que entrar a la oficina.

En 2008, el año en que comenzó la crisis financiera y económica, había unas 46.000 sucursales bancarias en España. Catorce años y varias fusiones después, un informe sobre vulnerabilidad en el acceso al efectivo elaborado por el Banco de España, refleja que ese número se ha reducido a casi la mitad, quedándose en algo más de 22.000, unas cifras equivalentes a las de principios de los años ochenta.”


Bien, el escrito inicial lo publicó en un post el pasado lunes-18, Carlos Ares, un clásico en Linkedin, al que yo sigo de cerca porque sabe muy bien de lo que habla. Es el resumen de un artículo del diario El Salto, el cual tiene muy claro que no hay ningún interés en solucionar lo que parece irreversible: que la gente, de cualquier edad o condición, debe adaptarse a la digitalización cuanto antes y como sea, haciendo los esfuerzos o sacrificios que sean necesarios. Así, tras la publicación del post, se suscitó un pequeño debate que me voy a permitir reproducir aquí. 

Yo, Manolo Robles, comenté: 
 “Más claro que el agua, Carlos.
Y luego algún gran banco tiene la desvergüenza de basar una línea de su marketing en: ‘Estamos aquí para ayudar a los mayores’
Blanco y en botella.”

Inmaculada García-Pardo Serra, responde a Carlos Ares:
“Eso solo indica que los centros de mayores y/o ayuntamientos, deberían tener un plan especial de digitalización para personas mayores en el que les enseñen a usar los recursos y les den acceso a la tecnología”

De Manolo Robles para Inmaculada Garcia-Pardo Serra:
“Qué cierto es el refrán de: "A lo tuyo con razón o sin ella".
Pero ¿qué significa ese neologismo de "la brecha digital" para intentar justificar que la banca siempre tiene que arrasar en beneficios de una forma u otra?
Y la entelequia de "no dejar a nadie atrás". Menudo cuento...
Los que no se quieren quedar atrás son los bancos, que están siendo los primeros en montar los oligopolios que pronto mandarán más que los Estados.

De Inmaculada García-Pardo Serra para Manolo Robles:
Me refería a algo más amplio que los bancos... Estoy de acuerdo en que hay que considerar un servicio mínimo para quien no puede valerse por sí mismo, como es una persona mayor, pero también creo que no se puede frenar el progreso, solo ralentizarlo o intentar adaptarlo, y que hay que enseñar a pescar, y no dar peces. Hay otro refrán muy bueno, que es a Dios rogando, y con el mazo dando... Que viene a resumir que la atención tiene que ser transicional, y si queremos garantizar su previa inclusión en una sociedad digital en la que no sobren, la digitalización tiene que ser suficientemente sencilla e intuitiva para que una persona mayor, pueda usarla sin necesidad de que algún hijo le ayude.

Andreu Martínez se dirige a a Carlos Ares:
“Totalmente de acuerdo. Y no soy yo precisamente un defensor de lo que la banca está haciendo con los mayores. Pero lo que hace el estado es aún peor y no se habla tanto. El otro día me comentaban el caso de una persona de Barcelona que se ha quedado en paro. ¡El INEM le daba hora en Berga! A 100 kms de Barcelona. Por internet no dan horas en Barcelona. Todas las empresas privadas (bancos incluidos) hace mucho tiempo que trabajan con normalidad. ¿Qué pasa con los organismos estatales? La covid ya no es excusa.”

Carlos Ares contesta a Andreu Martínez:
¿Los bancos se preocupan por atender las necesidades concretas que tienen las personas mayores?
Han ampliado hace poco sus horarios y han destinado personal específico solo debido a la campaña que llevó a cabo Carlos San Juan a través de su campaña en change.org.

Como se puede observar, por los comentarios anteriores, qué difícil es ser objetivos en un país tan polarizado políticamente como el nuestro. Y lo más lamentable de todo es que la ética, el altruismo, la generosidad y el ancestral respeto hacia los mayores se politiza según le convenga a la ideología (diga al bolsillo) de muchos. Como si ellos nunca fueran a llegar a viejos.


Hasta la próxima

viernes, 1 de abril de 2022

EL PUNTO DE EQUILIBRIO FINANCIERO

Si un empresario no tuviera ningún otro conocimiento sobre el mundo de los negocios, pero dominara el concepto de punto de equilibrio, la supervivencia de la empresa estaría garantizada casi al cien por cien. Así que tanto los emprendedores de pymes como los de startups están vinculados, más de lo que creen, por este lazo invisible, común a ambos que, al parecer, es lo primero que deben dominar una vez decidida la idea de negocio.

También conocido en inglés como Break Even, es el momento exacto en el que los costes totales igualan a los ingresos totales. O sea, se trata del número de productos o servicios que hay que vender para que el beneficio sea cero, que la empresa ni gane ni pierda.

Porque lo primero que debe asimilar quien pretenda emprender un negocio es que al principio va a tener pérdidas de capital. Por ello, llegar al punto de equilibrio cuanto antes es el paso más importante de todos, pues significa que la empresa ha encontrado el camino para la venta de sus productos y deshacerse de los números rojos. En ese momento ya se puede planear la obtención de beneficios. El punto de equilibrio es una especie de segunda oportunidad.

Así, los ingresos que se obtienen de cada cliente deben superar sus costes, y si un cliente no es rentable lo mejor es plantearse su eliminación cuanto antes. No nos sirve. Porque distorsiona los ingresos totales del negocio, impidiendo llegar al punto de equilibrio lo más pronto posible. Ahora, veremos un sencillo y claro ejemplo, bastante reciente, de una aseguradora que trata de comercializar seguros a las empresas que se puedan encontrar en dificultades.


Y aunque la tendencia, tanto en 
Escuelas de Negocios para emprendedores de pymes como en Incubadoras y Aceleradoras de startups sea empezar a profundizar cuanto antes en teorías que conducen a los tipos de modelos de negocio o al plan de empresa, si no se tiene claro lo que significa el punto de equilibrio, también conocido como Punto Muerto o Umbral de Rentabilidad, aquellas lecciones iniciales no servirán de nada, ya que en multitud de ocasiones el Modelo de Negocio escogido para llevar a buen término la idea de negocio hay que cambiarlo (pivotar) porque, de entrada, no hay forma de conseguir igualar los ingresos con los gastos y, en consecuencia, no es posible llegar al punto de equilibrio, y a continuación a la Rentabilidad.

De la misma forma sucedería con el Plan de Empresa, cuyo Plan FinancieroPlan de Producción o Plan de Marketing, por ejemplos, se realizan basándose en hipótesis y suposiciones, las cuales, si no se cumplen hay que replantearse prácticamente todo el negocio, empezando a veces por la misma propuesta de valor, que es la protagonista de todo el sistema.

Y para los que tengan alguna dificultad en traducir las palabras a cifras, ahí dejo el enlace de uno de los muchos vídeos sobre el tema explicado paso a paso. 

https://www.youtube.com/watch?v=BQwD6DDWR3g

Pero hay gente que cree que este es un tema al que no hay que hacerle caso; que está pasado de moda, y sin embargo deberían ser los primeros en incluirlo en sus programas de asesoramiento empresarial, porque hay entidades muy modernas que se dedican a impartir cursos de incubación y aceleración de startups de muchos meses de duración, con opción a continuar, que exponen mucho dinero, y se basan en el mencionado punto de equilibrio, que algunos con mucha menos categoría desprecian por viejo. Véase si no, lo que opina el joven personal de la valenciana y muy moderna LANZADERA, explicado de la forma más sencilla posible, y con el que no puedo estar más de acuerdo.

Hasta la próxima

Mi foto
Si no se acaba de una vez con el desequilibrio entre el ser humano y la naturaleza, nuestros descendientes no querrán ni recordar nuestros nombres.