lunes, 7 de abril de 2025

TRUMP: “America first”, con un par

Yo creo que si para elegir a los cargos públicos tuvieran que someterse a un test de Geografía e Historia Universal muchos ni pasarían el corte. Mr. Trump y sus asesores estarían entre ellos.

Pero al ser un diletante “hijo de papá”, que se lo encontró todo hecho, entre el montón de pelotas que le rodean y aplauden con las orejas cualquier parida que dice, o peor, que  hace, por lo visto no hay ni uno que le haga ver las  consecuencias que se derivarán de tomar medidas compulsivas que pueden hundir al país en la Autarquía, como la que durante  20 años  sufrió  España tras la guerra civil de 1936, y para que deshaga el camino emprendido que sin duda llevará al pueblo a una situación similar a aquella española,  para que cuanto antes retire  esas insensatas medidas que afectan a 200 países, incluido un minúsculo archipiélago antártico en el que solo habitan focas y pingüinos.



La Vanguardia dice que el presidente Donald Trump encarna como pocos el arte de la propaganda y posiblemente nadie se atrevería como él a celebrar el “día de la liberación” con el anunció en el jardín de la Casa Blanca de la imposición de aranceles recíprocos al mundo en general y cuyos efectos negativos, según un amplio abanico de analistas, recaerán al menos a corto plazo en hogares, negocios e inversores de EE.UU.


 Pero,¿qué busca Trump con esto?

Según el mismo artículo del periódico catalán, son varios los frentes en que se resumen: cerrar el déficit comercial, traer industria al país y rebajar precios, siempre desde la mirada de Trump.

De entrada, quiere acabar con lo que él ve como una tomadura de pelo, el proteccionismo de otros países y el buenismo de EE.UU. Los lácteos de su país sufren aranceles de hasta el 300% en Canadá, lo que daña a sus agricultores. Los países asiáticos marcan con hasta un 500% sus exportaciones de arroz, lo que cierra el mercado. La UE prohíbe, dice, la llegada de carne estadounidense. A cambio, todos tenían mucho más fácil la venta a EE.UU. Esto ha ido engordando las importaciones y minando las exportaciones, lo que ha disparado su déficit comercial, una de las obsesiones de Trump. Habla de un descuadre récord de 1,2 billones de dólares el último ejercicio. Y para imponer sus aranceles utiliza el siguiente cálculo:

“Tales desequilibrios han devastado nuestra base industrial, han puesto nuestra seguridad nacional en riesgo”, afirma. Esto le sirve para invocar leyes de emergencia de 1977 sobre la que justificar los aranceles. Su idea es que las compañías y países empiecen a instalar fábricas en EE.UU. para evitar estos aranceles, generando economía y empleo en sus fronteras. Más producción en casa “significará más competencia y precios más bajos para los consumidores”. El republicano sostiene que los precios se reducirán, pero las guerras arancelarias suelen ser inflacionarias, como han ido advirtiendo las marcas de coches con la tasa del 25% al sector.

Es decir, el país que inventó la Globalización y Deslocalización, hoy se apresura a darle la vuelta al sistema como un calcetín  pidiendo que otros países acudan en auxilio de su oscura economía a base de montar empresas en su territorio (el mundo al revés), sin que hasta el momento ni las grandes mentes pensantes de las mejores universidades del mundo ni de la super poderosa industria  de Silicon Valley ni de Wall Street, mientras la Bolsa cae en picado, digan “esta boca es mía”.

Raro, raro, rarísimo. ¿No habrá algo mucho más gordo detrás?    

Wait and see.



Hasta el próximo post




1 comentario:

  1. Creo que Trump parte de un punto de partida equivocado ,Europa no es su enemigo ni ha provocado su deficit publico,la UE es su cliente, pero no por él, que ha demostrado que es un empresario nefasto y solo amante del marketing etereo , sino de miles de emprendedores que creyeron que la exportacion era su unica salida.

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Si no se acaba de una vez con el desequilibrio entre el ser humano y la naturaleza, nuestros descendientes no querrán ni recordar nuestros nombres.