lunes, 16 de septiembre de 2013

CÓMO SE DESORIENTA A LOS EMPRENDEDORES

Parecía extraño que un tema tan de moda como el Emprendimiento Empresarial no fuera focalizado como instrumento mediático para tratar de captar más cuota de pantalla en horario estelar por las televisiones. Así, el pasado miércoles día 11, empezó en la 1ª cadena de tve el primero de una serie de capítulos de Código Emprende. Un programa con formato de reality-concurso sobre Emprendimiento, y con vocación de permanecer en pantalla siete semanas, según su presentador Juan Ramón Lucas.

Juan R. Lucas frente a los seis concursantes de “Código Emprende” 

Código Emprende comienza a las 23:30 hr. y dura cerca de hora y media. Malo para los que madrugan para trabajar el jueves. Lo patrocinan “Madrid Emprende”, organismo de la Agencia de Desarrollo Económico del Ayuntamiento de Madrid y el BBVA, que premiará al vencedor con 100.000 euros. 

Este incómodo horario del programa de la 1ª es para no solaparse con Ciudadanos, programa de Antena 3 que también comenzó la misma noche del miércoles a las 22 hs. Un debate sobre el paro y sus consecuencias que presenta Julia Otero y que en el vídeo promocional lo resume muy bien. Pero da la impresión de que Antena 3 le ha ganado por la mano a la 1ª en cuanto al prime-time (horario estelar) para que no le suceda lo mismo que a Tele 5 y La Sexta, que los sábados noche coincidían en el mismo horario con sus debates sobre política. 

El reality-show-concurso es un género televisivo llevado a cabo por personajes reales que compiten por un premio, de ahí su efecto de telerrealidad, en contraposición a los programas de ficción basados en un guión e interpretados por profesionales de la escena. Sobre el funcionamiento interno de estos realities-concursos trasciende muy poca cosa, y menos sobre si falta espontaneidad o si existe la posibilidad de que el concursante interprete una ficción (guión, ensayos, preparación, etc.), dado que por lo general, los concursantes firman un acuerdo de confidencialidad que les impide realizar declaraciones sobre el tema. Valga recordar la película “Quiz Show. El Dilema”, dirigida por Robert Redford y estrenada en 1994, como ejemplo de reality ficción, donde se demuestra la falsedad y manipulación de algunos de estos programas. 

Empiezo por decir que yo no tengo absolutamente nada contra la gente que ve los realities. Cualquier tipo de reality. El personal es muy libre de elegir las opciones que estime conveniente según sus preferencias, su cultura y su forma de entender la vida. Otra cosa es que a mí, como a tantos, ni fu ni fa. Sin embargo, el programa Código Emprende, por tratarse de mi tema lo vi en su totalidad, y sin pretender ser “más papista que el Papa” opinando sobre algo que todavía está en mantillas, siento decir que no puedo callarme algo de lo que pude ver y que también puedo intuir. 

Porque fue suficiente en el primer cuarto de hora de programa para hacerme una idea de por dónde “pueden ir los tiros”; y en consecuencia, aprovecho para ratificarme en mi oposición a todo lo que sea trivializar de alguna forma la única puerta por la que, a mi juicio, podrá salir España del agujero negro en el que se encuentra hundida: El Emprendimiento Empresarial serio

Y con independencia de que esta serie pueda alcanzar un éxito de audiencia (hay gente pá tó, como decía el diestro Juan Belmonte) no tengo inconvenientes en avanzar una opinión sobre dicho reality, y denunciar cómo se trivializa el Emprendimiento. O por lo menos eso es lo que deduzco de las cosas que se dijeron en los minutos iniciales de la presentación en la 1ª entrega. Por ejemplo: “Cualquier idea puede convertirse en un proyecto para ganarse la vida”, que no por ser muy repetida, en la publicidad del programa, será cierta. Todas las ideas no valen para ser empresa

Pero la frase estrella de esos primeros momentos de euforia la pronunció el experto en Marketing Estratégico que será el mentor que guiará los pasos de los 6 emprendedores que aspiran al premio: 

“Emprender es crear un mundo mejor”. Esta ambigua y equívoca frase no deja de ser una solemne tontería. Debería oír lo que dice su compañera de programa, la jurado Paloma Cabello: “Emprender es un negocio, las compañías tienen que ganar dinero”. Esta sí que es una frase seria, realista y comprensible para cualquier emprendedor empresarial en potencia. 

La frase del experto en Marketing Estratégico de Código Emprende está en línea con la “relaxing cup of café con leche in Plaza Mayor”, en la presentación de la candidatura para los Juegos de Madrid 20-20 la semana anterior en Buenos Aires, que pasará para siempre a los anales de los desatinos intelectuales. Cada frase por su lado, intenta engrosar un “Marketing Emocional”, desfasado y cutre, que algunos están empeñados en volver a poner de moda.

Pero lo paradójico es que el Marketing Estratégico, especialidad de nuestro experto, se ocupa, según el maestro Lambin, de lo más práctico del MK:

      - Los estudios de mercado 
      - Los estudios de la competencia y 
      - Los planes y control 

Jean Jacques Lambin, el mayor gurú internacional en el tema, en su texto “Marketing Estratégico”, ESIC, 2003, no habla ni una sola vez en sus 829 páginas para nada del “Marketing Emocional”. 

Por otro lado, yo soy el primero que no me canso de apelar a la necesidad de emprender de los jóvenes, por ese 57% de desempleo que padecen y cuya mayoría aún vive con sus padres, por lo que están obligados a crear una empresa o a dejar su país (mientras muchos ya vuelven a casa) porque no tienen otro clavo ardiendo al que agarrarse. Pero no tengo más remedio que recriminarles a los realizadores de Código Emprende que sí, que está muy bien lo de los jóvenes, pero al hacer el casting se olvidaron de llamar por lo menos a un desempleado-emprendedor-empresarial mayor de 45 años (¿o no tienen también derecho a vivir?), aunque solo hubiera sido para darle cierto colorido sociológico a la elección. Así que desde aquí le digo a rtve algo que seguramente ignora: 

“La segunda recesión está castigando a los trabajadores más mayores en dos direcciones. Por un lado, la recaída —combinada con las facilidades en el despido de la reforma laboral— se ha cebado con el empleo indefinido y, además, dada la mala situación económica, quien pierde un trabajo difícilmente vuelve a encontrar otro, escenario que se complica mucho con la edad. Por otro lado, los recortes y continuas reformas de los subsidios por desempleo del último año han recaído en muchos casos sobre este colectivo.” 


Hasta la próxima semana.

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Si no se acaba de una vez con el desequilibrio entre el ser humano y la naturaleza, nuestros descendientes no querrán ni recordar nuestros nombres.