lunes, 3 de marzo de 2014

EL CROWDFUNDING

Con independencia de que yo reiteradamente escribo en este foro que la falta de financiación no es un problema fundamental para crear una empresa porque cundo el emprendedor se pone como una moto el dinero fluye de aquí o de allá, está claro que exagero. Vamos, que para empezar hay que tener algo; por lo menos para las inversiones iniciales, por mínimas que éstas sean. Y parece claro que si no se tienen unos ahorros, unos padres ricos, o un paro que capitalizar mal asunto. Sin duda, se cumpliría el dicho de que “sin dinero no hay negocio”. 

Y es que para qué hablar hoy de los bancos, ¿verdad? Bueno, pues si hacemos abstracción de su existencia, además de los Business Angels, que son unos inversores con “poderío económico” que suelen poner su dinero en los comienzos de los emprendimientos a cambio de una importante participación social en esas futuras empresas, si consideran que pueden llegar a ser rentables, nos queda una moderna figura conocida en inglés como Crowdfunding, que en castellano significa sistema de financiación colectiva.


Bien, el Crowfunding se ha significado en los últimos años como una importante alternativa para colaborar con los proyectos empresariales en tiempos de crisis económica, ya sea mediante la aportación de empresas o particulares. La gran diferencia con el sistema de Business Angels estriba en que las aportaciones del Crowdfunding son mucho más pequeñas y por tanto están muy atomizadas, por lo que la futura empresa tendrá muchos participantes. 

El Crowdfunding se tiene como una muestra más de la creatividad de la iniciativa privada, a la que ya le venía resultando extraño que algún cerebro de esos privilegiados que andan por ahí no la hubiera encontrado susceptible de considerarla una actividad merecedora de una fuerte carga impositiva porque sus cifras están subiendo como la espuma. 

Bueno, pues el Gobierno ha cortado por lo sano. No es que le haya impuesto una carga fiscal, que ya se paga por otras vías, sino que en el Consejo de Ministros del pasado viernes aprobó la limitación del sistema a partir de ahora a 3.000 euros por proyecto y a 6.000 euros al año por plataforma de financiación. 

La decisión además responde, según el titular de Economía y Competitividad, a la intención del Gobierno de adaptar un campo que carece de regulación a la forma de abordarlo de "otros países de nuestro entorno", como Estados Unidos o Reino Unido. 

De todas formas, el ministro ha recordado que, cuando se opta por el 'crowdfunding', se prescinde de cualquier tipo de intermediario -también de los "agentes bancarios"- y se opta por saltarse "todos los cauces habituales". 

O sea, parece que no es verdad lo que algunos deslenguados han dicho en las redes sociales, que entre algunos ministros se decía: “¿pero qué es eso de que la gente disponga de su dinero sin dar explicaciones? ¿Pero qué se han creído? 

Hasta la semana que viene.

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Si no se acaba de una vez con el desequilibrio entre el ser humano y la naturaleza, nuestros descendientes no querrán ni recordar nuestros nombres.