martes, 25 de marzo de 2014

POBRE Y DESIGUAL FUTURO

La crisis económica ha dejado a España hecha unos zorros; pero, evidentemente, no a todos por igual. Hay un montón de gente y de empresas que prácticamente ni se han enterado de que ha habido una recesión de caballo que ha devenido en esta crisis, a la que los verdaderamente afectados no son capaces de vislumbrarle ni siquiera una aproximación a su final, sino más bien todo lo contrario.

Y lo más grave es que no solo no se ha aprovechado el tiempo para establecer las bases que impulsen verdaderos cambios que puedan prevenir situaciones similares. Lo peor es que el objetivo parece limitarse a salir de esta a base de una recuperación “como sea y de la forma que sea”, cuando montones de estudios realizados por expertos de toda índole llevan mucho tiempo diciendo que así no, que por ahí no hay nada que hacer, entre otras cosas porque hay mucha gente sufriendo. Por ejemplo:

“La crisis no es igual para todos. Es lo que denuncia la OCDE que revela que en España, la crisis sólo existe para los pobres. Para el 10% de los españoles más ricos, la recesión ni siquiera ha comenzado. Según los datos de la OCDE, la depresión económica ha costado a los españoles más pobres unos 2.600 euros por persona al año desde 2007, un 33% de su renta disponible. Por el contrario, los estratos más ricos apenas han perdido un 1% al año hasta sumar un 3% de caída de renta total.”

Los datos de la OCDE --agrupados en un estudio titulado "2014: sociedad de un vistazo"-- revelan que España es uno de los países más golpeados por la crisis (superado por Estonia, Irlanda, Grecia, México e Islandia) pero, al mismo tiempo, desvela que ese golpe lo han encajado unas rentas bajas que han caído como en ningún otro país desarrollado: a ritmos del 14% anual en algunos ejercicios. 


O esto otro: 

“En el futuro próximo, las rentas reales de los hogares se reducirán de forma considerable como consecuencia de la pérdida de ingresos causada por el desempleo, la presión tributaria, el aumento de las tasas de acceso a los servicios públicos y el recorte de la protección social. El desplome de las rentas más bajas hará que aumente el número de hogares con serias dificultades económicas y el número de familias en riesgo de exclusión o en condiciones de pobreza extrema. 

En la España de 2018 tendremos más familias multi-generacionales, donde las rentas de sus miembros se acumulen y se compartan. Sobre todo en tres tipos de hogares: 

1. En aquellos configurados por personas ancianas que viven con otros familiares 

2. Allí donde los jóvenes abandonan la casa de los progenitores de forma tardía o vuelven a su hogar de origen tras una emancipación fallida o un desahucio 

3. En el caso de familias mono-parentales y post-divorcio que son acogidas por los padres de la persona que las encabeza.” 


En definitiva, si algo positivo puede traer consigo una crisis es el impulso a la reflexión, la autocrítica, la humildad y la determinación para emprender verdaderos cambios. Así ocurre con algunas personas y empresas cuando experimentan un revés: constatan lo bajo que han caído y se motivan para levantarse y mejorar. 

Dicen que la crisis no se podía prever, y difícilmente evitar, pero, al parecer, o no se ha aprovechado el desastre para canalizar energías e ideas hacia un nuevo proyecto económico más o menos común o ha faltado voluntad para hacerlo. O lo que es lo mismo, como los que tienen el poder de decisión para cambiar el rumbo están en el bando de los que no se han enterado de nada… pues, eso. 

Hasta la semana que viene.

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Si no se acaba de una vez con el desequilibrio entre el ser humano y la naturaleza, nuestros descendientes no querrán ni recordar nuestros nombres.