martes, 31 de enero de 2017

MOTIVO Y MOTIVACIÓN (No emprendas por obligación, por favor)

A estas alturas de la película, ¿no da la impresión de que en los momentos en que el desempleo estaba en su punto más álgido apelar al Emprendimiento le sirvió a muchos políticos como táctica de distracción para salvar la cara porque no tenían ni idea de por dónde meterle mano al melón del paro?

Aquellos polvos trajeron los lodos del Emprendimiento por Obligación, cuyas secuelas ya las podemos analizar. Por ejemplo, un despedido de una empresa con equis años de antigüedad al que le facilitaban la capitalización del 80% de toda la prestación que le correspondía por desempleo y se lanzaba a montar un negocio que su cuñado le había dicho que estaba funcionando muy bien en otros países.

Claro, el fracaso estaba asegurado, a no ser que tuviera la misma suerte de los que pueden brindar con champán el día 22 de diciembre. Y es que dar el salto de empleado a empresario sin más bagaje económico que “el dinero del paro” y una idea cogida al vuelo y sin más preparación ni motivación empresarial es como comprar aquel décimo de lotería…, y a rezar.

Pero una idea banal y sin comprobar no es el único motivo en el que muchos de los emprendedores que luego fracasan se apoyan para justificar su aventura empresarial. Fernando Trías de Bes, en “El libro negro del emprendedor”, enumera una serie de motivos, a los que llama lamentables que ayudan al fracaso. Y los más habituales son:

1.- Estar en paro y tener que salir adelante

2.- Odiar al jefe

3.- Odiar la empresa

4.- No querer depender de ningún jefe (no soporta recibir órdenes)

5.- Compatibilizar la vida personal y profesional

6.- Tener libertad de horario

7.- Gozar de potestad para decidir los días de vacaciones


A estos motivos añadiremos otro de los más sangrantes en la actualidad. El universitario que con 30 años se ve en la necesidad de seguir viviendo en el domicilio paterno y ya está aburrido de mandar currículos. Después de cinco años en el Politécnico, un máster y un año y medio de camarero en Irlanda para chapurrear el inglés, y todo ello para no encontrar trabajo aquí ni de delineante.

La motivación, en cambio, es otra cosa. Se trata del conjunto de estímulos que mueven a la persona a realizar determinadas acciones y persistir en ellas para su culminación. Este término está relacionado con el de la voluntad y el del interés. Las distintas escuelas de psicología tienen diversas teorías sobre cómo se origina la motivación y su efecto en la conducta humana.

En cuanto a la motivación empresarial es parecida a una vocación, con la que no necesariamente se nace, sino que es una especie de ilusión que se auto alimenta y te incita a prepararte sin descanso y esperar con paciencia la oportunidad de poner en marcha ese proyecto que llevas tiempo madurando y del que te has preparado a fondo para convertirte en un emprendedor que trata de llegar a empresario, solo o en compañía de un equipo adecuado de gente que piense como tú.

Buena suerte y que se cumpla. 

Hasta la semana que viene

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Si no se acaba de una vez con el desequilibrio entre el ser humano y la naturaleza, nuestros descendientes no querrán ni recordar nuestros nombres.