miércoles, 15 de marzo de 2017

El Emprendimiento Empresarial en España

A pesar de haberlo publicado por primera vez en este Blog el 6 de junio de 2013, creo que este post tiene una vigencia suficiente como para traerlo aquí de nuevo.

El origen del término Emprendedor se remonta a las conquistas y descubrimientos del siglo XV, pero aunque en el Renacimiento ya era Florencia la cuna de los negocios hasta después de la Revolución Industrial no se relaciona al Emprendedor con la Empresa Económica. Pero en España, debido al consabido desfase que sufrimos respecto a los países avanzados, no se utilizó el término en su sentido empresarial hasta los años 90 del siglo pasado en las Escuelas de Negocio.

Por otra parte, la falta de cultura empresarial española y la “mala prensa” que históricamente arrastra el Empresario (explotador, negrero, etc.) puede que sea uno de los motivos por el cual el 70% de los jóvenes prefieren ser funcionarios a empresarios. No obstante, parece que el panorama está cambiando; entre debido entre otras cosas a que la gente va asimilando que si pueden ganarse la vida trabajando, a pesar de las crisis, es gracias a que existen empresas.

Pero el Emprendimiento está de moda, quizá demasiado, ya que una cosa es que no se pueda esperar demasiado del trabajo por Cuenta Ajena y otra muy distinta que el Emprendimiento vaya a ser “la redención de los pecados” por haberse vivido antes de la crisis por encima de las posibilidades reales. No, las generaciones de empresarios que surjan del actual Emprendimiento, si no fracasan en el intento (un 75% no llega al 3er. año), tardarán bastante tiempo en consolidarse y aportar su parte alícuota al deteriorado PIB español. Por tanto, conviene que los Poderes Públicos no se duerman en los laureles pensando que con una Ley de Emprendedores ya está todo hecho.

En la película La red social (un monumento al Emprendimiento) los hermanos gemelos Winklevoss, son recibidos por el Presidente de la Universidad de Harvard (exsecretario del Tesoro USA), al que van a pedirle “justicia” porque Zuckerberg “les había robado su web”, de la cual iba a surgir la fabulosa empresa Facebook. Y el presidente les dice: “En Harvard todo el mundo hace lo que puede para inventar algo, porque creen que crear su propio empleo es mejor que buscarse uno”.


Pero, obviamente, la situación en España no tiene nada que ver con esa filosofía de vida norteamericana, ya que mientras que allí la mayoría de la juventud prefiere ser su propio jefe aquí muchos siguen esperando que caiga el maná del cielo, ya que no se aprovecha el tiempo para reciclarse o, por ejemplo, para aprender idiomas. Por lo que “la cantera” de emprendedores con la que contamos (y no hay más) es la siguiente:

a) Por vocación: Quieren ser empresarios por convencimiento y piensan que si lo consiguen obtendrán el reconocimiento público que los situaría en el lugar que creen que les corresponde en la escala social. Para ello necesitan prepararse a fondo; sin embargo, este es el caso menos frecuente en España.

b) Por oportunidad: Trabajan por cuenta ajena y son buenos en lo suyo y creen que triunfarían en un negocio similar. Esperan la coyuntura favorable para lanzarse, pero creada la Empresa, comprueban que no es tan fácil como pensaban. Que montar la empresa y gestionarla no es lo mismo porque les falta preparación. El Informe GEM 2012 decía que este colectivo aportó el 75% al total del Emprendimiento español.

c) Por necesidad: El mismo Informe GEM dice que este grupo solo aportó el 25% restante. Pero la impresión del personal dedicado a la formación empresarial es que ante la pésima situación del trabajo por cuenta ajena éstos son más que los de “por oportunidad”. Sin embargo, la mayoría de ellos no llegan ni a iniciar la actividad empresarial, y si comprobamos los perfiles de este colectivo no es difícil entender por qué, ya que estamos hablando de: 

Un desempleado pasivo, que ya hasta ha desistido de buscar empleo y de entregar currículos: “O están viviendo de sus familias. O trabajando en negro. O marchándose del país.” Dice José Dolado, profesor de Macroeconomía de la Carlos III y autor de los informes para la OCDE sobre precariedad española. (El País Semanal, 21 de abril, 2013). En cualquier caso, lo cierto es que este colectivo está viviendo ente el pasotismo y la desesperación.

Un desempleado activo que necesita “comprar como sea un puesto de trabajo”, por lo que montar un negocio puede ser una salida, “y a ver qué pasa”. Pero si no se prepara a fondo tendrá poco recorrido porque es difícil que tenga las capacidades necesarias para ser Empresario. No obstante, de cuando en cuando, surge un diamante en bruto con talento innato y capacidad de aprendizaje, al que solo falta pulirlo (una buena preparación) para hacer de él un Empresario con futuro.

Un universitario que con 30 años sigue refugiado en el domicilio paterno porque no encuentra ningún empleo. Sin embargo, este colectivo tiene un importante hándicap para emprender: muchos te dicen que con la carrera, el máster y el Idioma ¿qué más le pueden enseñar que ya no sepa? Y no se preparan para ser Empresarios. También cuenta el miedo al fracaso. Cuantos más títulos se tiene más se teme fracasar en algo distinto a lo que se ha estudiado. Por eso, de este grupo es del que más jóvenes se van fuera para tratar de trabajar en lo suyo.


Hasta la semana que viene

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Si no se acaba de una vez con el desequilibrio entre el ser humano y la naturaleza, nuestros descendientes no querrán ni recordar nuestros nombres.