jueves, 8 de agosto de 2013

Malos augurios para los White Collars (y2)

En el post anterior, al referirme a lo difícil que con la crisis se le están poniendo aquí las cosas a los empleados de cuello blanco, entre otras cosas decía: 

“Pero si la situación en todos los niveles empresariales es sangrante, sin duda lo es más para estos grupos de “elegantes profesionales” que si no están aún en el estadio de “Búsqueda Activa de Empleo” (eufemismo muy rebuscado pero que dice lo que intenta decir) son conscientes de que sobre sus cabezas pende la Espada de Damocles de la llamada “reestructuración empresarial” en aras de la Diosa Productividad. De tal suerte, que es imposible calcular la cifra de los que acompañarán en la cola del INEM a aquellos colegas suyos que llevan tanto tiempo buscando un trabajo “de lo que sea””. 

Sin embargo, como desgraciadamente estamos tan escasos de noticias positivas en relación con este tema, cuando leí el titular del artículo que sigue enseguida pensé que “por fin, algo se mueve…”: “Luz al final del túnel: 6 parados de más de 50 años que han encontrado trabajo.” 

Un espejismo. Al comenzar a leer de inmediato pude comprobar que aquí sigue sin haber tope para la frivolidad y que, una vez más, en la historia socio-económica de España están intentando poner a prueba nuestra resistencia psicológica tratando de someter nuestras mentes a un absurdo lavado de cerebro. O peor aún, quizás crean que ya estamos de nuevo lo suficientemente “maduros” (encefalograma plano) para volver a aplicarnos el rudimentario marketing de los años 50, cuando a falta de los mínimos recursos para subsistir tenían el atrevimiento de decirnos algo parecido a lo que dice esta noticia: “Por muy mal que nos trate la vida, la esperanza puede estar a vuelta la de la esquina.” ­­ Entonces la esperanza era el paraíso, así que estábamos pasando el fielato del purgatorio aquí en la tierra. 

No obstante, aunque todavía quedan algunos que se creen todo lo que les dicen, la mayoría ya no comulga con ruedas de molino. Véase si no lo que opina esta muestra de 60 personas, afectadas por “el mal de hoy” (que sufren otros 6 millones más de paisanos nuestros) y que se han prestado a manifestar públicamente su opinión. Otros muchos, por diversos motivos, no se han querido someter a la encuesta. Que cada lector elija el modelo de desempleado que estime conveniente y saque sus propias conclusiones. 

Y a mayor abundamiento, veamos y oigamos lo que nos dicen los “expertos” del Fondo Monetario Internacional sobre su previsión de crecimiento del Empleo en España: “Hay crisis para largo. La recuperación será lenta y penosa”. Esas son las conclusiones que se extraen del cuadro de previsiones presentado hoy por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que recorta significativamente las proyecciones de crecimiento de la economía española, aleja a 2016 el inicio de una tímida creación de empleo y pronostica que el Gobierno incumplirá sus previsiones de déficit y de deuda. Los economistas del Fondo son más pesimistas que la mayoría de los servicios de estudios tanto nacionales como internacionales y también ven el futuro más negro que lo demás organismos internacionales. 

De momento. Porque le faltó tiempo a la Comisión Europea para apuntarse a la teoría de la bajada del 10% del salario que propone el mismo FMI, ya que tratándose de España no podía ser de otra forma: nos tratan como a los tontos del pueblo. Y es que nuestras ínclitas autoridades, por esto o lo otro, van dejando por ahí “un reguero de amigos”. No quiero entrar a fondo en el tema porque me parece una broma macabra para todo el que se gana la vida trabajando, pero ahora recuerdo especialmente a esos profesionales de “cuello blanco”, esa clase media que están creando riqueza en varias direcciones en función de su status. Desde el muy alto IRPF para el Estado hasta los gastos personales y familiares a los que están sometidos por “la obligación” de mantener un estilo de vida diferente (hipotecas de primera y/o segunda residencia, gastos suntuarios del hogar, vestuario, vehículos, estudios de los chicos en la Privada, seguros, vacaciones, etc.). Vamos, un dineral, al que si se le recorta el 10% de los ingresos, apaga y vámonos. 

Sin embargo, estos dos white-collars parece que se lo pasan en grande.

Y ahora me voy a permitir traer aquí el post de un colega que se hace llamar “Vinagreto” del Foro de Economía y Política Económica del Blog de Rankia (espero que me disculpe si lee esto), y que la semana pasada con ocasión de este asunto, en el foro titulado `Ya vienen los brotes verdes. El FMI "pide" a España bajar los sueldos un 10% en dos años´nos dejó el siguiente comentario: 

02/08/13 (21:04) 

“Conozco empleados del Banco Mundial, del Banco Interamericano de desarrollo y del FMI... 
Hay gente competente y que saben de lo que hablan. 
Hay otros que no tienen ni puta idea, los que no tienen ni puta idea son la mayor parte... 
Uno de mis amigos más cercanos ha trabajado en dos de los organismos en posiciones medias altas. Mi amigo era de los que no tienen ni puta idea (reconocido por él mismo).
En el primer organismo le contrataron porque de la especialidad que buscaban no encontraban a nadie.. y como lo que hacía este chico sonaba parecido le ficharon…(OS JURO QUE NO ES BROMA) 
El resultado es que mi amigo duró varios años en el organismo sin tener ni puñetera de lo que hacía. 
“Mira, básicamente mi trabajo consiste en dar el visto bueno a unos informes que no entiendo". 
Lo cachondo del tema es que avalado por esa experiencia profesional le ficharon en otro de los organismos para hacer lo mismo, consiguió un ascenso y mejor sueldo ("Ahora confían más en mi y soy el que da el aprobado definitivo...") 
Mi amigo podía haber hecho un carrerón como funcionario, se sabe adaptar a entornos que premian la ineficiencia y se convirtió en un experto en hablar sobre temas de los que no entendía ni lo más mínimo....obligaciones familiares lo hicieron volver de USA. 

(Que cada cual saque sus propias conclusiones, pero no sé, a santo de qué, por qué a mí se me viene a la mente el Sr Rato, de nombre Rodrigo). 


Hasta la próxima semana.


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Si no se acaba de una vez con el desequilibrio entre el ser humano y la naturaleza, nuestros descendientes no querrán ni recordar nuestros nombres.