lunes, 14 de octubre de 2013

POR QUÉ, CÓMO Y CUÁNDO CREAR UNA EMPRESA

El nacimiento de la empresa, en “La carrera profesional del emprendedor” 

Lo de la de la Vicepresidenta del Gobierno el pasado viernes acusando de fraude a más de medio millón de parados (menudo papelón al tener que ser corregida por el propio Ministerio de Empleo) inflando los datos para intentar resaltar la eficacia del Gobierno en la lucha antifraude, afirmando que están cobrando del INEM mientras trabajan por B es para nota. Pero esto no viene de nuevo: hay más evidencias que corroboran que: 

“Esa idea forma parte de un marco ideológico según el cual, cada uno ha de espabilarse, y si alguien es pobre o fracasa, es por su culpa. Algo habrá hecho mal. En este marco conceptual, los poderes se sienten legitimados para abandonar a su suerte a los desfavorecidos.” 


Y como contra esa situación se puede hacer muy poco, habrá que escuchar bien a esos mismos que dicen que “cada uno ha de espabilarse”, y, haciendo de la necesidad virtud, responderles con hechos. Es decir, creando empresas, ya que ésta es una de las razones de mayor peso para evitar sufrir el menosprecio de algunos/as (¡Que se jodan!). 


POR QUÉ crear una empresa. 

Para intentar salir de ese agujero negro en el que además de haber sufrido la desgracia de caer perdiendo un empleo por cuenta ajena no se vislumbra la esperanza de encontrar otro. Aunque el 20% de desempleados sea oficialmente sospechoso de tener trabajo por negro y defraudar así al resto de sus paisanos. Es decir, aquellos que se sientan con ánimo deberían sacar fuerzas de flaqueza para intentar prepararse por todos los medios para colaborar en la creación de nuevas empresas. 


Pero, CÓMO crear una empresa? 

Los argumentos más contundentes se basan en la Viabilidad: que la nueva empresa sea viable desde los puntos de vista COMERCIAL (sin clientes no hay empresa). PERSONAL (la gente adecuada: una sola persona no puede sacar adelante una empresa). LEGAL (un negocio de contrabando puede ser muy bueno pero es ilegal) y ECONÓMICO: hay que ganar dinero… y cuanto antes mejor. 

No resignándose con gestionar solo un negocio en auto-empleo para “ir tirando”, sino luchando por consolidarse como una empresa innovadora, escalable, sostenible y rentable. Para lo cual hay que hacer caso omiso de los negocios o empresas de más de lo mismo, que están condenadas al fracaso. A no ser que alguien se vea capaz de corregir los fallos de un negocio en marcha que no funciona debido a la ineptitud de sus gestores, y que podría tener futuro en otras manos que sepan hacer las cosas bien.


Empresa Innovadora: según el Manual de Oslo es aquella que lanza al mercado productos o procesos que incorporan mejoras de carácter incremental o radical. Y según D. Justo Muñoz, catedrático de la Universidad Politécnica de Valencia, es la que incorpora políticas de Innovación en las diferentes fases de la cadena de talento que le son propias: al menos una innovación en los últimos tres años. 

Empresa Escalable: la que dispone de un buen potencial de crecimiento, e incluso puede llegar a internacionalizarse, y saber hacer crecer los beneficios sin reinvertir en infraestructuras al mismo nivel que aumentan los ingresos. Vamos, que si para conseguir un beneficio de 50 euros ahora tengo que gastar 20, para obtener 100 euros de beneficios no tenga que invertir otros 20. Que basten 5 ó 10 euros. 

Empresa Sostenible: es la que tiene futuro. Hablamos de sostenibilidad temporal. De permanencia en el tiempo; de cumplir con las etapas que establece el Proyecto GEM 2012, de 42 meses (3 años y medio) como mínimo, para que una empresa se consolide como tal, lo cual ha dado origen a esta serie a la que hemos llamado La carrera profesional del Emprendedor

Aquí podríamos hablar también largo y tendido de la Sostenibilidad Medioambiental, pero ya no está muy claro si lo verde mola… o molaba. Porque una consecuencia de esta crisis es que para salir de ella, por lo visto, es condición sine quanon el Crecimiento Sostenido del Consumo, cuando es sabido que el consumo es el principal culpable de los problemas medioambientales. Por tanto, se trata de elegir entre crecimiento económico a base de consumir o ecología. No hay medias tintas. 

Empresa rentable: el modelo de negocio elegido debe proporcionar Beneficios tanto al empresario como al consumidor. Técnicamente, un modelo de negocio es “la forma en que una organización crea, proporciona y capta valor”. Hay muchos modelos de negocio, pero el Canvas, del suizo Alexander Osterwalder (2008), con su libro Generación de modelos de negocio, revolucionó el mundo del Emprendimiento y, de momento, no hay quién le haga sombra. Desarrollado en nueve módulos, los más significativos son el Cliente (mercado) y la Propuesta de valor (producto o servicio), hasta llegar a la Rentabilidad (Ingresos menos Costes


CUÁNDO crear una empresa? 

Las respuestas pueden ser muy variadas. Los hay que incluso dicen (se lo achacan a los chinos) que Crisis es igual a Oportunidad. Yo no creo que las crisis sean buenas para los negocios en general, aunque sí para algunos en particular. Lo que sí ha hecho la crisis es cambiar la perspectiva de compra del consumidor, el cual no gasta dinero en cosas prescindibles porque no se fía: no acaba de ver por ningún sitio ni brotes verdes ni luz alguna al final del túnel. 

Lo que pasa es que la crisis ha coincidido con el apogeo de Internet, extraordinario vehículo para las empresas on line que son las más escalables (mayores beneficios con menor inversión), y que está consiguiendo darle la vuelta al asunto. Ahora muchos empiezan por el negocio digital y acaban creando la empresa analógica (física). 

Por tanto, este puede ser un buen momento para la creación de empresas, dado que, además, en nuestro país queda mucho recorrido por hacer si lo comparamos con los porcentajes (incluso mixtos: analógicos + digitales) de países de la OCDE. Pero no hay que perder de vista que los fundamentos básicos de la gestión empresarial son los mismos desde los fenicios: la Cuestión Comercial va por delante de todo. 


Hasta la semana que viene.

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Si no se acaba de una vez con el desequilibrio entre el ser humano y la naturaleza, nuestros descendientes no querrán ni recordar nuestros nombres.