lunes, 1 de diciembre de 2014

BLACK SOLIDARITY

El pasado viernes se celebró el Black Friday, otro invento más del ingenioso e inagotable Marketing USA, y que aunque para nosotros sea algo nuevo allí lleva funcionando hace bastantes años. Pero su nombre engaña. No se trata de algo fatídico. No es un “viernes negro”, como su traducción literal dejaría entrever; pero las cadenas comerciales españolas han optado por no traducirlo , quizá para evitar meterle el miedo en el cuerpo al consumidor con su traducción literal. 

Y es que el black friday debe su nombre a que ese día los policías de Filadelfia no daban abasto con las aglomeraciones de coches en calzadas y carreteras circulando a toda mecha para hacer sus compras en las cadenas de tiendas que estaban en rebajas (casi todas). Otra leyenda explica el origen de su denominación en la enorme facturación que hacen los comercios durante esa jornada, lo que significa que los que están en números rojos pasan a números negros Es decir, un monumento al consumo para las empresas, y para ver qué consumidor le hace el mayor agujero a la Visa. 

Bueno, pues como para no creer que España es un país de contrastes. Para mí está clarísimo. Y no me refiero a nuestra variada geografía, de palmerales a dos pasos de las playas mediterráneas frente a esos acantilados del Norte en los que chocan las olas cantábricas. No. Me estoy refiriendo a los contrastes sociales, que en nuestro país se dan cada día con mayor profusión para asombro de jóvenes y mayores.

Ejemplo: este año, el día siguiente de ese viernes de gasto a mansalva, antes de ayer sábado, coincidiendo con la resaca consumidora comenzó la recogida de alimentos en los supermercados, entregados por los clientes a las ONGs, para que éstas los acerquen a los comedores sociales en los que tanta gente que está en la exclusión social acuden diariamente (más de millón y medio de personas en todo el país, según la coordinadora de la recogida, Gema Escrivá). Parece mentira en pleno siglo XXI y presumiendo de UE. 


El Banco de Alimentos ha dado este domingo por concluida la II Gran Recogida de productos no perecederos con un balance a nivel nacional de "éxito" ya que el objetivo de la organización era de 20 millones de kilos de alimentos y se han superado.” 

Así lo ha explicado la coordinadora Gema Escrivá, quien ha afirmado que "la campaña ha sido un éxito" y ha trasladado el agradecimiento de la organización "a la sociedad, a los voluntarios, a las empresas que han participado y, sobre todo, a los donantes, que han sido muy generosos. Escrivá ha explicado que “el año pasado se recogieron 14 millones de kilos en toda España, pero que este año el objetivo de los 20 millones incluso se ha superado, por lo que están "muy contentos"’ 

Bueno, espero que algún lector no me reproche que estoy politizando demasiado el Blog, pero una vez llegado a este punto, y como consecuencia de todo lo dicho antes, no tengo más remedio que presentar una premisa para dejar en el aire una par de preguntas. 
La Solidaridad es la muestra de la ayuda altruista, generosa y desinteresada a partir de la máxima que afirma que “hay que dar sin esperar nada a cambio”, porque aquel que da lo mejor de sí mismo al otro descubre que ya recibe el mayor premio y la mejor recompensa y aporta una inmensa satisfacción personal tanto a que da como a aquel que lo recibe. Es decir, la Solidaridad es una gran cualidad que pertenece al campo de la Ética, pero: 
¿Por qué se abusa de ella para que la gente se ayude entre sí cuando quien debe hacerlo ni se responsabiliza ni aporta los medios que cubran las necesidades indispensables de los ciudadanos? 

¿Hasta cuándo se va a seguir creyendo que ciertos derechos ciudadanos los tienen que solventar la beneficencia o la caridad?

Hasta la semana que viene

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Si no se acaba de una vez con el desequilibrio entre el ser humano y la naturaleza, nuestros descendientes no querrán ni recordar nuestros nombres.