lunes, 2 de febrero de 2015

HACERSE EL MUERTO

X Congreso Internacional de la AEHE 8, 9 y 10 de Septiembre 2011. Universidad Pablo de Olavide. Carmona (Sevilla). Sesión 12: El turismo en el desarrollo español contemporáneo. Por Rafael Vallejo.

Resumen: 

“Esta comunicación documenta la conversón de España en el siglo XX en potencia turística, y analiza el turismo en relación al desarrollo económico español del franquismo a través de las etapas de su vida económica. Se intenta demostrar tres cosas fundamentales:

1ª El fenómeno turístico se asimila al boom económico de los años sesenta…

2ª Las aportaciones del turismo al equilibrio de la economía española se retrotraen a finales de los años cuarenta y, sin duda a los cincuenta.

3ª En los años sesenta los aportes económicos del turismo, muy visibles, se agrandan de una forma sustancial…

Balance final:

“España inició el siglo XX como una nación de segundo orden en cuanto al turismo internacional. Finalizada la centuria se había consolidado como una potencia turística. Su protagonismo en el mercado turístico internacional se patentizó durante la década de 1960 bajo la dictadura de Franco. España se convirtió en el destino favorito del turismo de masas de sol y playa con origen en la Europa industrializada (Francia, Gran Bretaña, Alemania)…

Este trabajo muestra cómo el turismo generó una importante industria que impactó sobre el empleo y el PIB a través del efecto multiplicador del gasto turístico...”

La época pre-biquini

Algo de esto ya lo decía en este blog en julio de 2013 al referirme a los modelos de negocio de la España, SA de antes de la democracia y ya en ella. Decía que por aquel tiempo “todo era nuevo bajo el sol”, pero hoy, y desde ya hace bastantes años, aquí “ya nada es nuevo bajo el sol”, y el más tonto hace relojes de madera. 

Sí, aquí ya todo está inventado. Menos un auténtico SISTEMA que nos aleje de una vez por todas de este cortoplacismo que nos invade. Que cuando a las/los políticos se les llene la boca hablando de cosas que ni ellos mismos entienden, se paren a pensar que debido a sus cargos deberían ser esclavos de sus palabras.

Por ejemplo, nuestro Ministro de Industria, Energía y Turismo, el canario Manuel Soria, al clausurar la semana pasada el Spain Global Tourism Forum, celebrado en Madrid, como antesala de Fitur, decía: "El reto es ser más competitivos, y este objetivo pasa por implicar definitivamente y de manera total al sector turístico en la economía digital".

Y en el I Foro de Innovación Turística, Pre-Fitur, la Sra. Ministra de Fomento, Ana Pastor, avanzó que España alcanzará los 75 millones de turistas extranjeros en 2020, “gracias al progreso que proporcionará el uso de las nuevas tecnologías y la innovación.”

Pero, a la Sra. Ministra de Fomento y al Sr Ministro de Industria hay que decirles que esas palabras pronunciadas por los responsables conjuntos del Fomento de las industrias Innovadoras Digitales y Tecnológicas en nuestro país, deberían dejar de ser tan solo palabras y convertirlas en una realidad tangible, porque a los sectores privados implicados no les llegan ninguna señal de inversión o gasto públicos para colaborar en su desarrollo. 

En un país con tanta gente joven universitaria super-preparada, cuya mayoría tiene que emigrar para desarrollar su profesión, y con un montón de parques tecnológicos en funcionamiento, que a este paso se van a tener que reconvertir en estudios de rodajes del master-cheff infantil, como viveros de futuras escuelas de licenciados en cocina y restauración para mantener el fuego sagrado de las estrellas Michelín. 

Bueno, pues remataba la semanita de eufóricas declaraciones turísticas nuestro Presidente, Sr Rajoy, con esta “innovadora” frase: 

“El turismo es un buque insignia de la economía española”

A buenas horas mangas verdes. Vale que él no tenga ni idea de que frases como esa, textuales, ya las decía en 1965 (hace justo 50 años) su paisano y mentor Manuel Fraga Iribarne, artífice y promotor del Turismo de masas aquí, con su slogan Spain is different, cuando este país todavía era en blanco y negro, y cuyos resultados económicos fueron la leche para la economía de la época. 

Sin embargo, su todopoderoso y veterano (67) asesor áulico, Pedro Arriola, le aconseja que en circunstancias complejas “se haga el muerto”, pero no le dice que debería reprimir esos desahogos verbales, porque parece que volvemos a la época del blanco y negro, si no cambian algo y dan alguna muestra de modernidad industrial, aunque parece claro que donde están a gusto de verdad es en el corto plazo: en algo así como el Turismo.

Lo dicho: nada nuevo bajo el sol.


Hasta la semana que viene.

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Si no se acaba de una vez con el desequilibrio entre el ser humano y la naturaleza, nuestros descendientes no querrán ni recordar nuestros nombres.