lunes, 2 de marzo de 2015

EL CONSUMO SALVADOR

Ya sé que estoy poniéndome un tanto reiterativo con el consumo, pero nadie me podrá negar que no esté de moda. Así es que vuelvo a la carga.

Recuerdo que cuando yo era jovencito, en un rincón del Madrid de los Austrias tenía su estudio un pintor bastante bohemio al que por cuestiones familiares conocía y fui a visitarlo. Contándome sus cosas me dijo: “Una vez estaba yo sin tabaco (expresión muy taurina que lo mismo puede significar no tener un cigarro que llevarse a los pulmones como estar sin un duro en el bolsillo) y me moría por fumar. Cuando pude salir a la calle me compré un paquete de Celtas, encendí uno y me desahogué destrozando y pisoteando el resto del paquete.”

Bien, pues tengo la impresión que con el consumo ha pasado algo parecido. La gente estaba tan ansiosa de poder gastar a su gusto que en el último trimestre del pasado año, y sobre todo por Navidad, en cuanto se vio con “un duro en el bolsillo” se desquitó a base de bien: se lo gastó tanto en lo que necesitaba como en los en caprichos que tanto echaba de menos. Hasta el punto de destrozar la tarjeta de plástico cual paquete de Celtas cortos.

Esta impresión mía la corrobora los datos de la Contabilidad Nacional del último trimestre, que dicen que el PIB español creció el 0,7% entre octubre y diciembre de 2014, dos décimas más que en el trimestre del año pasado, gracias al consumo privado de los hogares y a la inversión del Estado que, como es lógico en vísperas de un año pródigo en citas electorales ha aumentado las inversiones públicas en un 5,1%, sin importarle el consabido déficit.

Recordemos que la composición del PIB es la siguiente:

PIB=consumo + inversión + gasto público + exportaciones - importaciones

Vestidos elegantes para año nuevo 


“También hay factores en contra. El consumo, causa principal de la aceleración de la demanda, se sostiene sobre rentas que han disminuido respecto al inicio de la crisis. Es evidente que este desajuste acabará por reducir la demanda si no se corrige la depresión salarial; el empleo no se recupera de forma satisfactoria, y persiste la amenaza de la deflación (española y europea). El IPC adelantado ha caído el 1,7% en enero y no hay síntomas de que vaya a estabilizarse. 

Las estadísticas no sustituyen ni enmascaran la labor de los Gobiernos. A la vista de la fotografía conformada por el crecimiento y los precios, es evidente que el curso general de la economía seguirá la trayectoria dominante hoy (crecimiento más o menos acelerado, con baja creación de empleo, típica de una fase pos-depresiva) si no hay un cambio firme de política económica. La circunstancia de que 2015 sea un año electoral hace temer que la inercia restrictiva continúe. 

Por otra parte, este blog tiene un asiduo lector llamado Javier Montero, al que desde aquí le envío saludos, que a veces comenta mis posts y explica en el suyo cosas muy sencillas, pero tan interesantes y fáciles de compartir, como por ejemplo, qué hace la gente con el dinero que gana, según la cultura financiera de cada cual y la clase social a la que pertenecen 

Según dice Javier, y aunque parezca algo obvio, conviene repasar lo que son los ingresos, los gastos, los activos y las obligaciones

Los ingresos son el dinero que ganamos de una u otra forma. 

Los gastos son los bienes o servicios que compramos o contratamos y que hacen que nuestros ahorros no aumenten o disminuyan. 

Los activos son aquellas cosas que nos generan ingresos. Normalmente podemos pensar que una casa es un activo pero no es así. La casa en la que vivimos no nos genera ingresos sino gastos, con lo cual no se puede considerar un activo. Otra cosa e tener una cada para alquilarla. 

Las obligaciones son las cosas que tenemos y que nos generan gastos. Por ejemplo, el coche. Nos genera gastos en combustible, seguros, impuestos, etc. 

Una vez claro los conceptos, analicemos lo que hace la gente con los ingresos que tienen

Los pobres se lo gastan, además de en comer, en cosas baratas, las típicas cosas que venden en tiendas de todo a cien, chinos y bazares. Es lo único que se pueden permitir y con esa actitud no saldrán de esa situación nunca. 

La gente de clase media, lo que hacen con el dinero es comprar obligaciones. Se compran un coche o una casa más grande y según van ganando más dinero, compran las últimas novedades en tecnología, colegios privados, personal domestico en casa, club de golf, vacaciones, etc. La mayoría de las cosas que compran son financiadas porque tienen capacidad de endeudamiento. Eso les implica que sus gastos suban más que sus ingresos, por lo que en ocasiones se encuentran en situaciones financieras complicadas. Eso sí, no les falta de nada pero cuanto más ganan más gastan. 

 Los ricos sin embargo, con el dinero que ganan, una vez pagados los gastos fijos, pueden destinar al menos un 10% de sus ingresos en comprar activos que les generan más ingresos. Pueden ser acciones, bonos o participaciones en nuevos emprendimientos de conocidos suyos mediante el crowfunding. De esta manera se genera una espiral positiva que permite a los ricos dar a sus familias todo lo que necesitan y más, sin endeudarse, sin complicaciones y sin ahogos financieros. 

En definitiva, no vamos a descubrir la pólvora al afirmar que las clases medias son la clave y el soporte de la Economía española. Siempre lo han sido, pero hoy está tan basada en el Consumo que están consiguiendo mantenerla y que el PIB pueda seguir en pie. 

Señores políticos: cuídenla. 

Hasta la semana que viene

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Si no se acaba de una vez con el desequilibrio entre el ser humano y la naturaleza, nuestros descendientes no querrán ni recordar nuestros nombres.