domingo, 21 de septiembre de 2014

OTRA VEZ LA CREATIVIDAD

En junio del año pasado decíamos que si una persona posee suficientes recursos, incluso el dinero, para emprender una empresa, sin dudarlo un instante debe aprovechar la ocasión para intentar ponerla en marcha, aunque no tenga lo que se conoce como espíritu creativo, ya que los emprendimientos que responden a propuestas que procedan de la Creatividad, entendida como una cualidad de la mente para generar ideas extraordinarias o fuera de lo común, son muy escasos.

Pero qué es la creatividad? 

“Es la capacidad de crear nuevas ideas para generar valor”

No obstante, esta definición se puede matizar e incluso enriquecer. Por ejemplo: 

“… Nuevas ideas para generar valor: artístico, cultural, empresarial, tecnológico, financiero…


Creatividad dialéctica


Pero, obviamente, no se pueden comparar las ideas que generan valor empresarial con las que, por ejemplo, generan valor artístico. Así que lo lógico sería utilizar el concepto Creatividad con el adjetivo correspondiente: Creatividad Empresarial, Creatividad Artística o Cultural, para distinguirlas de verdad. 

Porque más creativo que Miguel Ángel ha habido poca gente a lo largo de la Historia y, sin embargo, la obra cumbre del Renacimiento, sus incomparables frescos pintados en la Bóveda de la Capilla Sixtina del Vaticano, a mayor gloria del Papa Julio II, desde el punto de vista de los utilitaristas y pragmáticos “no sirvieron para nada”, porque no producían beneficio económico al no poderse vender. 

Pero luego sí, porque los turistas invadieron Roma con sus cámaras fotográficas y sus divisas. Con las que colaboraron a subir el PIB transalpino. Es lo mismo que sucede con casi todas las manifestaciones artísticas (escultura, literatura, música…) que en la Historia han sido. 

Respecto a la aparición de nuevas ideas ni hay misterio ni responde a ninguna ciencia infusa que solo posean determinadas personas. Las ideas están ahí, surgen con naturalidad, y generalmente, por motivos sencillos. Es cuestión de alargar la mano y cogerlas, como viene sucediendo desde la Prehistoria. Y, en general, aparecen así: 

Por casualidad, o simplemente por un golpe de suerte. 
Por algo que oímos o vemos, en la tele; entre amigos o leyendo. 
Por simple observación, percibiendo cambios en las actitudes.
Por salir a buscarlas, basándonos en la experiencia, estudios o aficiones.

Y aquí es donde aparece el cerebro, cuyo mapa todavía es un misterio, pero como se deduce de la figura de abajo lo que sí se sabe es que sus funciones se entrecruzan entre los dos hemisferios, de forma que, por ejemplo, el control de la mano derecha corresponde al lado izquierdo, y lo mismo a la inversa.


Fuente: HEBER LONGÁS / EL PAÍS, 8-4-2013


Respecto a dos de las funciones principales para la generación de ideas (intuición e imaginación) están en el lado derecho y un profano en neurología como yo lo puede asegurar, ya que un amigo mío sufrió varios ictus en el hemisferio izquierdo y no controla la mano derecha ni puede realizar otras funciones del mismo lado, pero posee una creatividad envidiable. Ha diseñado una web que tiene 15.000 archivos, y usando teclado y ratón solo con la mano izquierda… y no es zurdo. 

Así, desde la óptica empresarial, la Creatividad simplemente será el “combustible” que necesita el cerebro para generar Ideas de Negocio, que, solo son una parte, y no precisamente la más importante para la creación de una Empresa, que son su desarrollo y crecimiento. Pero mientras la creatividad y el talento innato de Miguel Angel eran inimitables, las técnicas para crear ideas de negocio, más o menos innovadoras, se pueden aprender. Es cuestión de proponérselo, siempre que haya verdadera voluntad y que se disponga de las siguientes características: 

Flexibilidad mental 

Adaptación a los cambios 

Persistencia para resolver problemas 

Iniciativa para anticiparse a los demás 

Curiosidad e interés por el mundo que te rodea 

No obstante, los números son tozudos y cada día desaparecen montones de empresas individuales y de sociedades promovidas por emprendedores que tenían la esperanza de que sus emprendimientos podían abandonar la categoría de Baby Business (nuevas empresas de entre 3 y 42 meses de vida) para sobrepasar los 500 días (esos 42 meses) antes de caer en el olvido. 

Hasta la semana que viene.



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Si no se acaba de una vez con el desequilibrio entre el ser humano y la naturaleza, nuestros descendientes no querrán ni recordar nuestros nombres.