miércoles, 2 de julio de 2014

DISTRIBUCIÓN DE LA RENTA

La pasada semana comentaba la reforma fiscal desde la óptica electoralista, pero otra importante lectura que podemos hacer de este asunto está directamente relacionada con la cuestión redistributiva de la renta ciudadana. Más o menos como trata de expresarlo el siguiente párrafo: 

“El Gobierno ha hecho públicas las medidas tributarias que pretende aprobar en las próximas semanas y que, para el ministro de Hacienda, representan una reforma global e integral de nuestro sistema tributario. Conviene, antes de entrar a valorar dichas medidas, dejar clara una cuestión conceptual: la política fiscal hay que analizarla como una unidad, es decir, los ingresos y los gastos conjuntamente porque en su conjunto cumple una de las funciones encomendadas al sector público, como es la redistribución de la renta y la riqueza. En España, se confunde en muchas ocasiones política fiscal con política impositiva. Consiguientemente, se le llama reforma fiscal a lo que en realidad es una reforma de los impuestos.”

Desde el punto de vista social, el reto debería ser reducir los desequilibrios que amenazan con dejar a un número inaceptable de personas fuera de lo que entendemos no solo como el Estado del Bienestar sino simplemente con el hecho de que determinados sectores, hoy prácticamente excluidos, puedan llevar una vida mínimamente digna, y que negara afirmaciones como esta: 

“En definitiva, una política fiscal tremendamente injusta que incrementa la brecha social y económica de nuestro país que ya, de por sí, es grande y creciente, puesto que, los perdedores de la política fiscal del Gobierno son las rentas más bajas y medias que son los principales beneficiarios de los servicios que ofrece el Estado del Bienestar y los que más sufren las consecuencias de un incremento de la imposición indirecta y, por el contrario, los ganadores son las rentas más altas. En conjunto, la política fiscal resultante es una transferencia de renta de los trabajadores y las rentas medias a los más ricos.”

Y que colectivos tan importantes como el de Autónomos tengan que soportar tomaduras de pelo como la que nos muestra la siguiente viñeta.


“España es el país de la UE donde más ha aumentado la diferencia entre ricos y pobres. Con una peculiaridad: en otros países, los más ricos se han hecho mucho más ricos, y por eso ha crecido la desigualdad; pero en España, son los pobres los que se han hecho más pobres. “Siempre hemos estado en la franja alta de la desigualdad, pero nunca tan alto”, afirma Ignacio Sánchez Cuenca, profesor de Sociología de la Universidad Carlos III. En España, los millonarios han aumentado poco; son las rentas medias y bajas las que se han hundido”. 

Los datos son elocuentes. Las cifras de Eurostat indican que el 20% más rico de España gana unas 7,2 veces más que el 20% más pobre. En Francia, 4,5. En Suecia, 3,7. La media europea se sitúa en el 5,1. Y las cifras del FMI abundan en esta misma dirección…” 


Hasta la semana que viene.

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Si no se acaba de una vez con el desequilibrio entre el ser humano y la naturaleza, nuestros descendientes no querrán ni recordar nuestros nombres.